Esta ensalada de pasta con alubias y pesto es un totum revolutum que resulta un plato muy completito para el verano. Y cómodo de hacer y conservar, porque lo puedes tener medio montado para añadir los ingredientes frescos en el último momento. Ah, y lleva pesto, que siempre es un acierto.
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Índice
Las ensaladas de pasta y su devenir
- Lo confieso: no soy entusiasta de la pasta. Y si me la pones fría, pues oye, me la como… pero no me entusiasma. Aún así, como es habitual, mis churumbeles son grandes forofos.
- No he conseguido averiguar si la pasta en ensalada es una receta italiana muy antigua o reciente. Parece que es un plato muy típico de norte a sur de Italia en el verano, con infinitas variantes.
- En las ensaladas de pasta la pasta se pone fría, para lo que se refresca tras la cocción. Se aconseja que después de enfriar y escurrir se agregue algo de la salsa que se empleará en la ensalada para evitar que las piezas se peguen entre sí.
- También recomiendan los gurús de la ensalada de pasta reposarla una vez condimentada, para que coja bien los sabores. Los elementos frescos se añaden justo antes de servirla.
- Si os consuela un poco, la pasta fría engorda menos que en caliente porque el almidón que se hidrata en la cocción vuelve a cristalizar al enfriarse la pasta y cuesta metabolizarlo, se comporta como la fibra insoluble, como cuenta Miguel Ángel Lurueña aquí. Este efecto de reducción del índice glucémico permanece incluso aunque recalientes el hidrato de carbono; es extensible a la patata y el arroz.
- Aún así, siempre es mejor usar pasta integral.
La receta de la ensalada de pasta con alubias y pesto
- Parece que los estadounidenses son aficionados a las ensaladas de pasta; esta receta se inspira en una fórmula de esta web norteamericana.
- Me encanta casi cualquier cosa con pesto, pero además esta ensalada me parece estupenda porque lleva legumbres, verdura cruda y frutos secos. Lo tiene todo.
- Lo bueno que tienen las ensaladas de pasta es que puedes cocer pasta en cierta cantidad y mantenerla refrigerada para apañarte cenas y entrantes en días venideros; lo mismo ocurre con las legumbres.
- Tanto el pesto como las alubias puedes ponerlos de conserva, con lo que la elaboración se aligera mucho.
- Quizá lo único un poco laborioso de la receta es preparar las chips de alcachofa, cuya fórmula tienes aquí. Tienen el inconveniente de que no las puedes hacer con antelación, hay que comerlas recién hechas porque pierden el punto crujiente. Apúntate que deben ser lo último que hagas, porque todo lo demás lo puedes tener hecho con antelación.
- Si no es temporada de alcachofas frescas, usa corazones de alcachofa en conserva, aunque ya no tendrás el contraste crujiente.
- No dejes de poner los piñones, le dan un contraste de texturas estupendo a la ensalada de pasta y alubias.
Con qué acompañar la ensalada de pasta con alubias y pesto
La ensalada no es pesada, pero tampoco lo más ligero que puedes servir de entrante. Va de maravilla con carnes a la parrilla o la barbacoa como los pinchos morunos, las brochetas de pollo adobadas al estilo indio o el vacío de ternera adobado al grill. Igualmente, si prefieres pescado, pruébala con el salmón en papillote al horno, el pescado a la sal o unas sardinas a la plancha.
Vídeo: cómo se hace la ensalada de pasta con alubias y pesto
En menos de 2 minutos:
Antes de ponerte manos a la obra:
- lee la receta completa o mira el vídeo,
- asegúrate de que tienes todo lo que necesitas y
- entiende el proceso.
Dificultad: tendente a cero.
- 400 g de pasta tipo fusilli o penne
- Agua y sal
- 350 g de alubias blancas pequeñas, peso cocidas y escurridas
- 150 g de tomates secos en aceite, peso escurrido
- 4 alcachofas
- Rúcula al gusto
- 50 g de queso parmesano rallado
- 200 ml de pesto genovés, casero o comprado
- Albahaca fresca al gusto
- 2 cdas. de piñones
- Llena una cazuela de agua y lleva a ebullición con bien de sal. Cuece la pasta al dente, escúrrela y refresca con agua fría para cortar la cocción.
- Vuelve a escurrir bien, pásala a una fuente y adereza con el pesto de inmediato, para que no se pegue.
- Lava la rúcula y sécala. Trocea y resérvala de modo que no se reseque.
- Para hacer las chips de alcachofas sigue mi receta aquí. Hazlas en el último momento, justo antes de montar la ensalada, para que se mantengan crujientes.
- Agrega a la pasta las alubias escurridas, los tomates secos cortaditos, la rúcula y las chips de alcachofa.
- Espolvorea con el queso parmesano recién rallado, adorna con hojas de albahaca y piñones, y añade el pesto a tu gusto.
Dudas y consejos sobre la ensalada de pasta con alubias y pesto
- —¿Puedo usar otro tipo de pasta?— Claro, la que te apetezca.
- —¿Cuánto tiempo se conserva en la nevera?— Si no pones la verdura fresca, es decir, la rúcula, los demás ingredientes aliñados con el pesto se te conservan perfectamente 3-4 días, en un recipiente hermético y bien refrigerados; la grasa del pesto protege la pasta de resecarse.
- —Prefiero otra verdura de hoja que no sea rúcula, ¿me recomiendas alguna?— Creo que la escarola le va bien, en mi opinión debe ser una verdura de sabor intenso para que no se diluya entre el pesto.
- —¿Puedo poner los tomates frescos en lugar de secos?— Sí, pero ten en cuenta que el gusto es distinto. Al secar los tomates se concentran y modifican los sabores. A mí me gustan mucho, pero no son precisamente baratos. La ensalada con tomate fresco estará buena igualmente, pero será diferente.
- —¿Puedo prescindir de las chips de alcachofa?— Claro, puedes hacer lo que quieras. Si ya no es temporada de alcachofas puedes usar corazones de alcachofa en conserva, sin más.
Referencias
- Sun-dried tomato, white beans and artichoke pesto pasta salad. Two peas & their pod
- Insalata de pasta: 30 (+1) ricette. La cucina italiana
La chefa recomienda
Más ensaladas suculentas:
Esta ensalada de pasta con alubias y pesto es perfecta para el veranito porque admite mucha preparación previa y además puedes variar los ingredientes a tu gusto.
NiEstá dice
Aunque llevas un par de recetas que no son de mi estilo (mal que me pese, este blog no es sólo para mí), esta es una de esas que uno se pregunta dónde está la imaginación de la humanidad entera. Y no es que haga falta mucha, la verdad. En aquellos lejanos tiempos en que yo vivía en la desértica Almería, donde la temperatura media de verano es la misma que la ola de calor que acabamos de vivir en centroeuropa, el verano se pasa con ensaladas. Y una ensalada es un ´totum revolutum´como bien dices. Mientras que los sabores estén bien nivelados, es un acierto. En aquellos tiempos, las ensaladas de pasta eran muy recurrentes. Y las de garbanzos, y las de frijones porque también hay que comer legumbres en verano.
Yo tampoco soy muy fan de la pasta, así en general. Pero, claro, es muy socorrida.
Como esta receta es parcialmente de pasta, me permito relacionarala con tu última receta de El Comidista (coca valenciana de tomate), que no es ni más ni menos que una piza. Y lo traigo a colación porque hace una semana hubo una especie de mercado de productos italianos en esta ciudad, entre los que incluímos comida, claro. Pues bien, había una parada de ¡picos! Ellos les daban otro nombre, pero eran picos. Así que, debido a mi asombro porque ellos lo presentaban como genuinamente italianos, me enzarcé en una discusión bizantina con el muchacho que además quería venderme 100 gramos por 2 euros (¡qué barbaridad!) en «italñol». Saqué la conclusión de que este chaval jamás de los jamases ha estado en cualquier bar del suroeste español, donde al pedir una ración te la sirven con una bolsa de picos. Evidentemente, jamás cenó en casa de mi madre, donde en las cenas jamás de los jamases había pan, sino picos. Costumbre esta que yo continué en Almería cuando allá me trasladé y los picos, ¡por fin! llegaron a las panaderías. Eso sí, debo admitir que estos italianos habían innovado: los tenían con sabor a piza, a pimiento…
Así que los italianos siguen en su empeño por adueñarse de toda la gastronomía del sur de Europa. ¡Señor Sánchez, haga algo!
Miriam Garcia dice
Lo que ya hemos hablado otras veces, somos inútiles para promocionar nuestra gastronomía, que va más allá, mucho más, de Ferrán Adriá y grandes chefs (nada en contra de ellos). El mayor problema que tenemos con la gastronomía popular española es que ni la conocemos ni la valoramos, y los italianos viven para promocionar lo suyo y lo ajeno, y así nos va. Abrazo.