Los mejillones tigres son una suculenta tapa o primer plato, una especie de croquetas de mejillón embutidas en media concha del bicho. Un clásico del tapeo y el aperitivo en muchas zonas del norte.
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Índice
Los mejillones tigres y su devenir
- Dicen las malas lenguas que los mejillones tigres proceden de Galicia. No es de extrañar con el buen mejillón que crían por allí.
- Los mejillones tigres o mejillones rellenos se preparan cocinando los mejillones al vapor y sacando el bicho. Se prepara un sofrito de composición variada que bien se mezcla con una bechamel y los mejillones troceados, bien se mezcla con los mejillones troceados, se pone en el fondo de las conchas y se cubre con bechamel.
- Dicen que lo de poner el sofrito debajo y la cobertura de bechamel encima es más propio de los tigres del País Vasco. Cierto es que Martín Berasategui tiene una receta así.
- En cualquiera de los dos casos, la concha rellena resultante se reboza como si fuera una croqueta y se fríe.
- El nombre de tigres alude a que se suelen preparar con algo de picante, un poco feroces.
- En La Cocina Práctica de Picadillo (1916) ya aparece una elaboración similar a esta, la típica de preparar la bechamel de mejillones y cocinarla en el horno dentro de tarritos o conchas.
La receta de los mejillones tigres
- Mi receta de mejillones tigres bebe de aquí y de allá:
- hago un sofrito sencillo de cebolla y ajo encima del cual preparo la bechamel directamente;
- uso en la bechamel parte del líquido de los mejillones, una suerte de fumet de mejillones como quien dice, que hiervo para concentrar el sabor; aromatizo con un poco de azafrán, que quizá no es habitual;
- mi mezcla no lleva tomate o salsa de tomate, un ingrediente muy frecuente, pero sois muy dueños de añadirla;
- tampoco les pongo picante, no son rabiosos;
- los bichos troceados los añado una vez listo el relleno, al retirarlo del fuego, para que no se recuezan.
- Hoy día, al menos por mi zona, se encuentran mejillones de las rías gallegas envasados, ya limpios, abiertos y con su líquido de cocción, bien solos, bien con media concha. Son los que uso, francamente me parece fantástico evitarme el limpiarlos y abrirlos. Sobre todo, limpiarlos es un latazo.
Vídeo: cómo se hacen los mejillones tigres
En menos de 3 minutos:
Antes de ponerte manos a la obra:
- lee la receta completa o mira el vídeo,
- asegúrate de que tienes todo lo que necesitas y
- entiende el proceso.
Dificultad: la de preparar una bechamel fina y sin grumos, y lo laborioso que es el proceso. Conviene preparar la bechamel el día anterior, así la cosa resulta más ligera y además da tiempo a que la bechamel coja firmeza.
- 600 g de mejillones cocinados (abiertos) y con media concha /700 g si son mejillones cerrados
- 1 cebolla pequeña
- 1 diente de ajo
- Un poco de cayena (facultativo) si los queremos picantes
- 30 g de aceite de oliva
- 20 g de mantequilla
- 45 g de harina corriente
- 400 g de leche entera
- 1 cda. de salsa de tomate (facultativo)
- Unas hebras de azafrán
- Nuez moscada rallada al gusto
- Sal al gusto
- 2 huevos
- Pan rallado
- Más aceite de oliva suave para la fritura
- Si compras los mejillones enteros y vivos, ábrelos al vapor con un dedo de agua o vino blanco en el fondo y tapados. Ve retirándolos a medida que se abran y deja enfriar.
- Si tus mejillones son de los que vienen abiertos sobre media concha, sácalos y recoge el líquido que los acompaña. Pásalo a un cazo, calienta a fuego vivo y redúcelo a ¾ partes.
- En un mortero machaca las hebras de azafrán y añádeles 100 ml del caldo; deja reposar hasta el momento de usarlo para que se aromatice.
- Saca los bichos de las conchas con cuidado y elimina el pie de las conchas; lávalas y reserva tanto conchas como mejillones.
- Pica finamente la cebolla y sofríela en el aceite de oliva en una sartén amplia hasta que esté transparente.
- Agrega el ajo bien picadito y dale unas vueltas. Añade la cayena, si la pones.
- Agrega la mantequilla, derrítela y añade la harina. Remueve para que se mezcle bien con la grasa y deja cocer un par de minutos para que pierda el sabor a crudo.
- Vierte entonces la mitad del caldo de mejillones concentrado con el azafrán, caliente; remueve bien haciendo que la harina absorba el líquido. Vierte el resto del caldo caliente y repite la operación.
- Empieza a añadir entonces la leche, que tendremos previamente medida y caliente en un cazo, primero poco a poco, sin dejar de remover y mezclar, y añadiendo mayores cantidades a medida que la bechamel liga y se hace más fluida.
- Añade la nuez moscada rallada y sala; ten cuidado al salar porque el caldo de los mejillones ya tiene sal.
- Cuece por lo menos 5 minutos para que espese ligeramente. Prueba la sazón y rectifica si fuera necesario.
- Apaga el fuego, añade los mejillones previamente troceados, mezcla bien y vierte la mezcla en una fuente o recipiente amplio. Tapa con plástico a piel y deja enfriar por completo. Cuando esté fría la bechamel, pasa a la nevera y déjala unas horas, preferiblemente toda una noche.
- Ayudándote con una cuchara, rellena las conchas reservadas de los mejillones con la bechamel de mejillón, tal como se ve en el vídeo.
- Pasa los mejillones rellenos por huevo batido (solo hace falta pasar la cara rellena) y seguidamente por pan rallado.
- Fríe en abundante aceite caliente como si fueran croquetas, hasta que se doren. Saca a una fuente con papel absorbente y deglute calentitos.
Dudas y consejos sobre los mejillones tigres
- Con estas cantidades me salieron 16 unidades, pero porque algunas conchas venían rotas y no las pude utilizar; habrían salido unos 20 tigres.
- Ojo, que al tiempo de preparación de los ingredientes y de la cocción hay que añadir el enfriado y reposo de la masa. Resulta práctico preparar el relleno de bechamel el día anterior y hacer la fritura el día que vas a comer los mejillones. Así se aligera un poco la cosa, pero tienes que contar con dos días de elaboración.
- Si usas mejillones frescos y los abres en casa, el caldito se puede enriquecer con un poco de vino blanco, que le da muy buen sabor. Si es un albariño o un chacolí, mucho mejor.
- —¿Cómo de dura hay que dejar la bechamel?— Parecido a una croqueta. Si sabes hacer croquetas los mejillones tigres tienen poco secreto para ti. Si no sabes hacer bechamel para croquetas te recomiendo que empieces por ahí en lugar de la casa por el tejado; aquí tienes cómo hacer masa de croquetas en vídeo.
- —¿Puedo montar los tigres con antelación y freírlos después?— Sí, ya rebozados y bien separaditos, que no se peguen, aguantan un par de días en la nevera. Siempre en recipiente hermético, para que no cojan sabores ni se resequen. Y también se pueden congelar.
- —Me parece poca la cantidad de mejillones en la bechamel, ¿puedo aumentarla?— Por supuesto, a tu libre albedrío.
Referencias
- La Cocina Práctica. Picadillo
- Receta de tigres o croquetas de mejillón. Recetas de Rechupete
La chefa recomienda
Más tapas suculentas:
- Patatas bravas a la madrileña
- Patatas al alioli
- Patatas revolconas
- Patatas a la riojana
- Bocadillo de calamares
- Boquerones en vinagre
- Gambas al ajillo
- Berenjenas rebozadas
Los mejillones tigres no son una receta para hacer todos los días, como las croquetas, por su laboriosidad y porque no son precisamente de dieta, ejem, pero son fantásticos para triunfar en una reunión de familia o amigos. Ya me diréis.
Miguel dice
Que buena pinta! yo estoy deseando que sea temporada para hacer la version de Paco Roncero
Miriam Garcia dice
:))
NiEstá dice
Ante todo, mi más sincero agradecimiento por escribir que esperas anhelante mi comentario 🙂 No menos de lo que yo espero tu nueva entrada (te sigo también en El Comidista, pero ahí no dejo comentarios. Uno es así).
No he sido yo nunca fan de los mejillones tigre. No por su sabor, que es estupendísimo. Ni por su laboriosidad, que no es más que una tanda de croquetas. Es que me parecen bastos, poco glamurosos. Eso de comerlos en su propia concha, no sé, siempre me ha parecido poco fino y elegante 😛 La verdad es que esta manía no tiene ningún fundamento, porque las almejas, por ejemplo, se comen en su concha y no les tengo manía. Pero que conste que yo tengo muy bien asumidas mis manías y no me crean ningún problema. Y si hay que hacer mejillones tigre, pues se hacen y se comen.
A todos, cuando nos hemos iniciado en la cocina (la mayoría de nosotros sin más pretensión que comer medianamente decente) no han asustado «las bechameles». Y lo digo en plural porque no es lo mismo una bechamel para croquetas que una para canelones. En fin, que yo estaba desesperado porque siempre me salían grumos. Y me pasé al lado oscuro. No, no te asustes. No la paso por la batidora 🙂 Yo echo toda la leche del tirón, y uso varillas para remover. ¿Problema? Pues que tienes que tener muy buen ojo para no pasarte de harina o quedarte corto de leche. Esto último siempre tiene arreglo, basta con añadir un poco más. Lo primero, pues me temo que no lo tiene. En aquella lejana época almeriense, una amiga me preguntaba cómo las hacía yo. Le decía: pues una cucharada de harina o dos según la cantidad que quieras hacer, la refríes hasta que se haga un poquito, y leche la que admita; remueves hasta que espese. «Eso es lo que me dice mi madre, pero no me vale». Así que un día las hice en su casa. No le valió la clase porque yo también esa vez las hice a ojo 🙂
Miriam Garcia dice
XD la bechamel, ese arcano. No es fácil, pero bueno, es cuestión de práctica y enseguida le coges el tranquillo. Es verdad que antes siempre se hacía a ojo; desde que se escriben recetas para todo tipo de público conviene poner cantidades más exactas, porque si no te saltan a la yugular. Si lees alguna vez los comentarios que deja el personal en El Comidista lo sabrás…