Estas galletas de Navidad con sellos son una preciosidad porque el glaseado blanco resalta el relieve de la galleta y las convierte en una cosa decorativa a más no poder. Solo tienen un inconveniente: necesitas los sellos de galletas para prepararlas.
Este tipo de sellos los tienes en Claudia&Julia con un 5% de descuento con mi código invitadodeinvierno; en cuanto a la galleta, se trata de una masa tipo gingerbread, intensamente especiada, con azúcar moreno y miel. Muy del gusto anglosajón.
Haz clic en los apartados del índice para acceder directamente.
Índice
Las galletas con sellos y su devenir
Las galletas intensamente especiadas, gingerbread en inglés, e impresas con relieves no son ninguna novedad; en Centroeuropa y Escandinavia son de lo más tradicional. Ya os di una turra importante sobre el pan de jengibre, que nunca fue pan, en mi receta de las leckerli suizas, que os resumo a continuación:
En el mundo anglosajón la palabra gingerbread, que traducida literalmente es pan de jengibre, se ha aplicado a una amplia gama de dulces que van desde una pasta espesa, tipo carne de membrillo, hecha con miel y jengibre, hasta una especie de bizcocho hecho con pan duro y especias molidas. Han existido bizcochos, galletas y golosinas con ese nombre, pero de hecho el pan de jengibre nunca fue pan como tal en ningún momento de su historia.
El pan de jengibre y las formas que adopta tienen una larga historia. La forma más primitiva de pan de jengibre se remonta a los antiguos griegos y egipcios, que lo utilizaban con fines ceremoniales. El pan de jengibre reapareció en Europa cuando los cruzados del siglo XI trajeron jengibre de Oriente Medio para que los cocineros de los aristócratas experimentaran con él. A medida que el jengibre y otras especias se volvían más asequibles para las masas, el pan de jengibre se pondría de moda. Hasta Shakespeare lo menciona:
And I had but one penny in the world, thou should’st have it to buy gingerbread.
Y aunque no tuviera más que un centavo en el mundo, debería usarlo en comprar pan de jengibre.
—William Shakespeare, Trabajos de amor perdidos
Una de las primeras recetas europeas, medieval, de pan de jengibre enumera almendra molida, pan duro rallado, agua de rosas, azúcar y, naturalmente, jengibre. La pasta resultante se prensaba en moldes de madera y no se cocía. Estas obras de arte talladas servían como una especie de guion gráfico que contaba las noticias del día, con las imágenes de nuevos reyes, emperadores y reinas, o símbolos religiosos, y se utilizaban en la educación religiosa de los aldeanos; no olvidemos que el grueso de la población no sabía leer. Y esta es la razón de que las galletas de jengibre centroeuropeas se estampen frecuentemente con intrincados motivos en relieve.
Lo más importante del jengibre era que tenía excelentes propiedades conservantes; se podía almacenar durante largos períodos de tiempo por lo que resultaba vital durante las épocas de hambruna, bastante frecuentes. El pan de jengibre era tan apreciado y valioso que incluso se aceptaba como moneda. Los vasallos a veces pagaban sus deudas a los señores feudales con pan de jengibre; y en Núremberg, Alemania, el pan de jengibre se aceptaba como pago de los impuestos de la ciudad. Las ciudades medievales como Núremberg, ubicada en la confluencia de varias rutas comerciales, tenían fácil acceso a canela, clavo, nuez moscada, cardamomo, semillas de anís, pimienta, cilantro, pimienta de Jamaica, hinojo, anís estrellado, macis y azafrán, junto con almendras y frutos secos (especialmente cítricos), y los utilizaban en diversas combinaciones para producir sus panes de jengibre.
Hoy día el pan de jengibre es un dulce horneado que contiene jengibre y, a veces, canela, clavo, nuez moscada, cardamomo y anís, y se endulza con cualquier combinación de azúcar moreno, melaza, jarabe de maíz claro u oscuro, o miel.

- Hay infinidad de recetas que, como he dicho antes, se fundamentan en un especiado intenso y un endulzado con materias oscuras como melazas o miel, de ahí el color muy moreno que suelen tener estas galletas.
- Destripe: yo obvio el jengibre porque no me gusta ese puntito picante que da, nada de nada. Hala, lo que ha dicho. Recordemos que el jengibre tenía en las galletas primigenias funciones de conservante, igual no lo ponían por su deliciosidad, precisamente…
- La receta concreta que he usado lleva canela, clavo y pimienta de Jamaica. La pimienta de Jamaica es una de mis especias favoritas, y que no es picante en absoluto a pesar de su nombre, que se debe a su aspecto y no a su sabor. Su mezcla de aromas, entre la canela y el clavo, explica su nombre en inglés: allspice, todas las especias.
En poco más de 1 minutejo:
- —¿Con cuánta antelación se pueden preparar?— Duran varias semanas, siempre bien guardadas en una caja metálica.
- —¿No se pueden hacer galletas con relieve sin sellos?— Sí, puedes usar tapetes con relieve para tal fin o incluso grabar la masa con tapetillos de ganchillo. Estas técnicas las puedes ver en esta receta mía para María Lunarillos.
- Reduce la ingesta de dulces a ocasiones esporádicas, momentos especiales, incluso si no eres prediabética como yo. Aquí te cuento mi relación con el dulce.
La chefa recomienda
Te ofrezco más lindos dulces de Navidad foráneos como esta corona de hombrecillos de jengibre, las muy recomendables leckerli, galletitas suizas de especias y fruta confitada, las preciosas galletas linzer , las mince pies británicas o, en materia de bollería, el stollen alemán.
¿Quieres un dulcecito para tus ágapes de Navidad, sencillo y muy vistoso? Prepara esta gelatina de cava y frutas.
Si te gustan los dulces tradicionales de Navidad españoles, tengo unos cuantos, como polvorones de chocolate y avellanas, polvorones bombón, recubiertos de chocolate, unos polvorones con aceite de oliva para quien no quiera usar manteca de cerdo, unas deliciosas tortas de polvorón sevillanas, los clásicos roscos de vino, los originales alfajores de Medina Sidonia, los cortadillos de cidra, y las hojaldrinas de las monjas del Socorro de Sevilla.
Y también unos maravillosos mantecados blancos de las mismas monjas, las marquesas, los delicados pasteles de gloria, el turrón de yema tostada, el turrón de nata y nueces, e incluso mazapán casero o mazapanes de Soto.
En cuanto a la glasa, no es difícil, pero hay que dar con la consistencia adecuada, la justa para que se note el color blanquecino, pero suficientemente fluida para que escurra de las crestas y se acumule más en las hendiduras, que es lo que resalta el relieve. Es fácil de ajustar fluidificando con más agua o engordándola con más azúcar glas.
Pues ya está todo explicado. No hay más que seguir las instrucciones, enharinar bien la masa y darle caña a los sellos.
- Ten en cuenta que si te equivocas al imprimir la forma siempre puedes volver a amasar la masa y reimprimir.
- Eso sí, si reamasas muchas veces conviene que dejes reposar las galletas formadas un buen rato en la nevera, por lo menos 30 minutos antes de cocerlas, para que no se te inflen ni deformen.
Antes de ponerte manos a la obra:
- lee la receta completa o mira el vídeo,
- asegúrate de que tienes todo lo que necesitas y
- entiende el proceso.
Dificultad: ajustar bien la consistencia de la masa para que no quede pegajosa y ser cuidadoso al aplicar los sellos y cortar las galletas. Nada más.
- 75 g de miel
- 65 g de azúcar moreno
- 115 g de mantequilla, derretida
- 1 yema de huevo
- 250-300 g de harina (más algo adicional para formar las galletas)
- 1 cda. de cacao en polvo
- ½ cdta. de impulsor químico
- 1 ½ cdtas. de canela molida
- ½ cdta. de clavo molido
- 1 ½ cdta. de pimienta de Jamaica
- ¼ cdta. de sal
- 90 g de azúcar glas
- 2 cdas. de licor (ron, vodka, whisky, ginebra)
- Agua para ajustar la consistencia
- Pesa todos los ingredientes en la báscula. Pon a calentar el horno a 175 °C. Tritura las especias como el clavo y la pimienta de Jamaica.
- En una ensaladera, mezcla la mantequilla derretida con el azúcar moreno y la miel. Agrega la yema de huevo y vuelve a mezclar (congela la clara en un recipiente hermético para otro uso).
- Tamiza 250 g de la harina con el impulsor y el cacao en polvo, y agrega a los líquidos. Mezcla un poco y añade las especias con la sal; mezcla hasta formar una masa grumosa.
- Pasa esta masa a la mesa enharinada y amasa ligeramente para darle homogeneidad o mézclala por completo en un robot.
- Debes obtener una masa blandita y adherente, pero que apenas se pegue a los dedos; ajusta la harina si fuera necesario.
- Con un rodillo, extiende la masa hasta que tenga un grosor de 6 mm, mejor sobre el propio tapete o papel de horno.
- Con los sellos para galletas, estampa el diseño deseado como se ve en el vídeo, imprimiendo un movimiento circular al sello para marcar bien el relieve.
- Corta las galletas con un cortador redondo liso o rizado para eliminar el sobrante y retíralo. Los recortes se pueden volver a estirar, pero conviene dejarlos reposar por lo menos 30 minutos, tapados en la nevera, para que el gluten se relaje y no se deformen ni inflen las galletas en la cocción.
- Traslada las galletas cortadas a una bandeja de horno forrada con papel de hornear y congela durante 10 minutos para favorecer que el relieve quede bien marcado.
- Después cuece las galletas en el tercio inferior del horno 10-12 minutos con calor arriba y abajo, solo una bandeja cada vez.
- Cuando estén listas (ojo, porque apenas se nota el dorado por el color de la masa), pásalas a una rejilla para enfriar.
- Mientras las galletas se enfrían, prepara la glasa con el azúcar glas, el licor y un poco de agua, removiendo para que se integren. Si la mezcla aún está espesa y no tiene una consistencia que se pueda pincelar, ajusta con más agua hasta obtener la consistencia adecuada.
- Pinta las galletas con el glaseado y deja reposar hasta que se seque.
- Conserva las galletas en una caja metálica.
Referencias
- Bourbon glazed gingerbread cookies. The G&M Kitchen
Estas galletas de Navidad con sellos son blanditas y con un sabor menos intenso de lo que cabría esperar por la cantidad ingente de especias. No prescindas del toque de sal, que les va de maravilla. Que las disfrutes en Navidad.





Deja una respuesta