A nadie le cabe duda de que los pimientos del piquillo son un tesoro culinario, ¿no? Estos pimientillos pequeños y finos son una exquisitez que igual vale para un roto que para un descosido. Y están tan buenos que se pueden hacer solos, confitados, como guarnición o como plato independiente. Así que vamos confitar pimientos del piquillo a la voz de ya. Sin rechistar, hombre…
En la web Spain.info nos cuentan:
Los Piquillos de Lodosa son de tamaño pequeño, de unos 8 a 10 cm. de largo, de forma plana, triangular y finalizada en punta. Se trata de una variedad botánica singular y autóctona, cuya calidad y peculiar sabor lo convierten en uno de los productos más apreciados de la huerta navarra. Tiene un color rojo intenso, y es carnoso, compacto y consistente, de carne fina y sabor dulzón, nada ácido, suave al paladar y con cierto regusto a asado. Una vez que el pimiento es asado y preparado, se procede a su envasado en lata o cristal, que habrá de llevar la correspondiente etiqueta con el nombre de la Denominación de Origen Pimiento del Piquillo de Lodosa así como el logotipo de la Denominación de Origen, vigente desde 1987.
Sabéis que el pimiento procede de Sudamérica y que las semillas se aclimataron en Europa, dando lugar con el tiempo a variedades propias, como los pimientos del piquillo. Esta variedad de pimientos es propia del municipio de Lodosa, en Navarra. Los pícaros piquillos tienen una historia de ida y vuelta, porque hace ya años que se exportaron semillas al Perú, que es en la actualidad un gran productor de piquillos, pero que al no proceder de Lodosa no tienen denominación de origen.
Hoy día se comercializan pimientos cultivados en el Perú que se envasan en Navarra, sin denominación de origen. Así muchas casas comerciales juegan al equívoco, vendiendo como si fueran de Lodosa pimientos cultivados en el Perú, Chile o Marruecos. El origen lo indican en letra microscópica, pero suele ser fácil distinguirlos en los mercados; se diferencian primero por el precio, más bajo que el de los navarricos, y segundo por su mayor finura y sabor. Sí, ya sabemos que en los países emergentes se pagan unos salarios de pena.
Hay diversos métodos para confitar los pimientos del piquillo, con o sin líquido adicional, con los ajos picados, en láminas o enteros, moviéndolos como en un pil-pil o sin moverlos… pero siempre están buenos. Cada cual tendrá su favorito, es cuestión de probarlos todos y elegir, que no os lo tengo que dar todo masticado, caramba. Esta vez he usado unos piquillos de Petra Mora, de una calidad excelente (que por cierto, tenían a principios de octubre unos tomates de ca-er-se-pá-trás; 4 kg nos zampamos en seis días entre mi socio y yo, para empezar el otoño bien atomataos). Aaaay.
- Pimientos del piquillo al gusto
- Aceite de oliva
- 2-3 dientes de ajo
- Sal en escamas
- Elegimos una cazuela de barro o de hierro donde los pimientos quepan bien, sin montarse en exceso. Cubrimos el fondo de aceite, sin pasarnos, y calentamos suavemente.
- Picamos los ajos finamente (o cortamos en láminas, como más os guste) y los sofreímos, hasta que empiecen a dorarse. Agregamos entonces los pimientos, con o sin el líquido que los acompaña, como queráis. Los colocamos de forma que no se monten unos sobre otros demasiado. Los míos parecen sardinas arenques en su barril, jeje.
- Al fuego más bajo que podamos, confitamos despacito 20-30 minutos*, con la cazuela destapada. Aquí podemos dejar que se hagan ellos solos, a su libre albedrío, o podemos ir moviendo la cazuela con movimientos circulares para que la salsa espese como si fuera un pil pil. La vagancia del momento os dictará lo que debéis hacer. Yo estaba vaga, ya veis que no pilpileé.
- Podemos darles la vuelta a mitad de cocción, pero tampoco es imprescindible. Los pimientos se van consumiendo y caramelizando, es como si solo les quedara el alma. El sabor final es espectacular.
- Los dejamos enfriar un poco y ya están listos para consumir. Podemos comerlos templaditos o fríos, están igualmente ricos. Los salamos siempre un poquejo.
El resultado de confitar pimientos del piquillo son unos pimientos melosos y con un sabor ahumado y dulzón, que piden mojar pan a gritos. Y que con un buen cacho de carne van que ni pintados. Adornadlos con unas señoriales escamas de sal de Añana y no hace falta más un mediodía de otoño… (Ah y la cazuela es de Buño, La Coruña, que sé que me lo vais a preguntar.)
El Oso con Botas dice
Sí señora estos pimientos son un tesoro
El Oso con Botas dice
Por cierto, me encanta esa cazuela. Menuda colección que tienes de cerámica 😉
Miriam Garcia dice
Bueno, es que yo hace años que voy por Galicia y me encanta la cerámica popular, pero no tengo tantas cosas, ya no me caben ;).
maite dice
Hola,
solo una pregunta,los pimientos de Petra Mora,tienen el logotipo de la denominacion pimiento del piquillo de Lodosa? En la fotografia del bote no la distingo,por eso lo pregunto.
Es la unica manera de comprobar y asegurar que el pimiento es denominacion de Lodosa.
Gracias y un saludo
Miriam Garcia dice
Tienes más razón que un santo, no sé dónde has visto un bote (los pimientos vienen envasados en plástico), pero se lo he preguntado. Gracias!
maite dice
Hola,el bote lo he visto en la pagina web de petra mora………te lo pregunto,por que o eres de Lodosa o conoces a alguien que lo sea y te los vende o regala caseros,o sin la etiqueta de denominacion,por mucha web delicattesen y demas,te pueden dar gato por liebre,que se de algun caso…..
La unica manera de asegurarte plenamente es con la etiqueta de la denominacion…
Un saludo desde Lodosa.
Miriam Garcia dice
Me han comentado que los botes de pimientos del piquillo que tienen en la tienda sí que tienen denominación de origen, con su logotipo y todo. Los que yo he usado son unos envases al vacío de piquillos que no están esterilizados, que solo tienen 15 días de caducidad y que se venden casi como producto fresco, de temporada para el que los quiera embotar en casa. Al no estar embotados no pueden llevar la DOP aunque proceden de las mismas fincas. Por eso los llaman en el envase pimientos de Navarra y no de Lodosa. Saludos.
Carolina Sacristán dice
Mmmmmmm! Así los hago yo y son una auténtica delicia 🙂
Miriam Garcia dice
Cierto, besos!
Rosa Maria dice
Pueden hacerse con la piel? Por aprovechar los pequeñitos. Muchas gracias, es todo muy interesante.
Miriam Garcia dice
Pues no sé decirte, nunca los he hecho así. Es cuestión de probar.
marivi dice
Hola guapa, tengo una duda, el ajo se deja una vez sofrito o se saca…. en la foto de los pimientos no lo veo, no se si es porque está debajo o lo sacas para que no se dore más y amargue. Los hice esta Navidad para acompañar a otros platos y nos los terminamos comiendo a otro día con puré de patatas y carne…IMPRESIONANTES…jajaja! Y madre mía solos con pan…yo les puse un poco del líquido del bote, otro día probaré sin este. Gracias por aclararme la duda. Y ¡Feliz Año!
Marivi
Miriam Garcia dice
No se saca, se pueden dejar porque durante el confitado, con el líquido de los pimientos, no se doran.