Hacer estos chorizos al vino blanco es tan fácil que casi da vergüenza llamar a esto receta. Porque meter unos buenos chorizos en una cazuela con vino blanco lo puede hacer cualquiera.
Así que, novatos de la cocina, prepararse para dejar boquiabiertos a propios y extraños.
Índice
El por qué de los chorizos al vino
No he conseguido encontrar a nadie que me diera razón del origen de esta receta, aunque no es difícil pensar que sirviera para aprovechar chorizos que se hubiesen quedado secos o hubieran salido sosos.
En toda España existen fórmulas de cocer chorizos en vino, ya sea tinto o blanco, e incluso en sidra, que por su punto ácido da un resultado delicioso.
Como superficie de trabajo he usado una pieza de encimera de gres porcelánico Sapienstone modelo Bright Onyx. Un material precioso y muy resistente sobre el que puedes cortar y guarrear todo lo que quieras, incluso con alimentos tan escandalosos como el chorizo. No hay más que pasar un paño húmedo y listo. Sin miedo a las manchas de vino, zumo de cítricos o café, porque no dejan huella.
La receta de los chorizos al vino blanco
Ya sabemos: poner los chorizos en vino y cocerlos un rato, no hay más misterio, repámpanos. Si acaso hay variantes entre cocer los chorizos ya cortados en porciones o enteros.
En un plato tan sencillo y primigenio es de cajón que el resultado sea función directa de la calidad del chorizo. Hay quien recomienda incluso usar chorizo de cerdo ibérico… no sé yo si me convence destrozar un chorizo ibérico metiéndolo en vino.
- 4 chorizos tiernos, mejor ahumados al estilo asturiano o gallego
- ½ litro de vino blanco al gusto
- 3-4 hojas de laurel
- Hierbas al gusto (tomillo, romero, etc.), facultativo
- Dividimos los chorizos en unidades, sin vienen unidos, y desechamos la cuerda.
- Pinchamos los chorizos con un cuchillo en varios puntos para que puedan soltar la grasa en la salsa y los ponemos en una cazuela con el vino. No hace falta que queden cubiertos por completo.
- Añadimos el laurel y las hierbas, si las ponemos.
- Calentamos hasta ebullición y dejamos que cuezan despacito unos 20-30 minutos, dándoles vuelta para que se hagan por igual.
- Cuando estén hechos y hayan cambiado de color, los sacamos y los cortamos en rodajas gordotas. Los devolvemos a la salsa y los mantenemos calentitos hasta el momento de servir.
Cuestiones sobre los chorizos con vino
- ¿Qué chorizo recomiendas para este plato? Eso es más cuestión personal que otra cosa. Como indico en la receta, a mí me gustan mucho los chorizos tiernos y ahumados tipo asturiano, como los que se usan en la fabada, o los gallegos. Pero lo fundamental es que el chorizo sea de calidad; esta vez usé un chorizo tierno de Las Navas del Marqués que estaba de no te menees.
- ¿Qué vino recomiendas? El que más te guste. En mi opinión los vinos afrutados, con un toque dulzón, hacen una buena combinación, pero, al igual que la elección del chorizo, es una cuestión personal. Y como digo más arriba, la sidra da un resultado fetén.
- ¿Es mejor cocinar el chorizo en trozos o entero? Lo confieso: no sé si hay realmente mucha diferencia. Está claro que si lo cocinamos en trozos soltará antes su grasa y se ablandará algo antes.
- Hay quien sofríe ligeramente los chorizos en algo de aceite antes de cocerlos. Esto potenciará algo el sabor al añadir cierto tostadito (con sus reacciones de Maillard), pero también estamos añadiendo algo más de grasa. De nuevo os digo que a gusto del consumidor.
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Los chorizos al vino blanco son una tapa o tentempié perfecto para el fresquete y para mojar buen pan. ¿Habéis dado un gran paseo por el campo o la montaña? Entonces tenéis la mejor razón para poneros como el Quico con estos chorizos. Adelante.
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