Menudo título rebuscado. Parece de alta cocina y os aseguro que no lo es. Es tan solo la actualización de un platillo muy, muy tradicional para el HEMC de octubre, auspiciado por La Quinta de Luculus, que ha escogido el tema de aperitivos. Con la cantidad de posibilidades que hay con este tema podría haber hecho 145 posts, pero solo he hecho uno, entre otras cosas por falta de tiempo. Y además apurando a tope, casi el último día para presentar propuestas, aquí llego como un bólido con mi humilde aportación: huevos al plato, pero en tartaletas de masa quebrada y en versión mini con huevos de codorniz, para comer en dos bocados. Que por otra parte, puestos en una tartaleta no deberían llamarse huevos al plato, sino huevos a la tartaleta… ay, que me lío.
Los huevos al plato eran un plato típico en mi casa cuando yo era pequeña. Digo mal, era típico para los adultos de la casa, porque mi hermana y yo no consentíamos en probar una cosa tan marciana y tan distinta de los huevos fritos y el tomate frito que adorábamos, podió… están locos estos adultos. Así que como ahora ya he madurado, al menos un poco, se me ocurrió «revisitar» este plato de rancia historia y convertirlo en un plato miniatura, que se pudiese comer de dos bocados. No creo que sea muy original esta ocurrencia, en cualquier caso tampoco me he ocupado de comprobar si ya se ha hecho, seguro que sí. Pero me importa tres pepinos, menuda soy yo. La masa quebrada para las tartaletas me apeteció hacerla con una parte de trigo sarraceno, sabéis que me chifla esto de las harinas raritas (¿queréis saber más sobre las masas quebradas y cómo se hacen? Aquí).
Minihuevos al plato en tartaletas de trigo sarraceno
Masa quebrada:
- 140 g de harina normal
- 140 g de harina de trigo sarraceno (en herbolarios)
- 125 g de mantequilla
- 1 pizco de sal
- 100 ml de agua fría
Huevos al plato, por tartaleta:
- 1 huevo de codorniz
- 1 puñaíco de guisantes
- 1 puñaíco de taquitos de jamón o chorizo
- 1 cucharada de buen tomate frito (si es casero, mejor que mejor, porque el fondo de tomatillo les da la mitad de la gracia)
Se empieza por hacer la masa quebrada. Yo utilizo la receta de Cristina Galiano, de su libro Utiliza tus Thermomix a tope. En este caso la adapté cambiando la mitad de la harina por harina de trigo sarraceno. Se mezcla la harina con la sal y se añade la mantequilla en trocitos, bastante fría, pero no recién sacada del frigo. Se puede mezclar con la punta de los dedos hasta obtener una mezcla arenosa o se puede hacer lo mismo con un robot. Se añade el agua fría y se amasa a mano o con robot, hasta que se forme una bola y toda el agua esté absorbida, pero sin pasarse de manipulación. Se enmantequillan y enharinan los moldes que se quieran utilizar. Se estira la masa con rodillo hasta un grosor de 2 mm, aproximadamente, y se forran los moldes. Hay que tener cuidado, porque no tiene tanta «liga» como si fuera toda de trigo y se rompe con algo más de facilidad. Según aconseja la señora Galiano, yo meto los moldes con la masa en el congelador (cuando son pequeñitos se congelan en un chis) para que se congelen un poquito. De esta manera te evitas el tener que ponerles las legumbres o pesos cuando horneas la masa en vacío, ni siquiera es necesario pinchar la base de la masa. Os aseguro que es un truco que funciona.
Se hornean las tartaletas en vacío unos 10 minutos en el horno precalentado a 180 ºC, lo suficiente para que la superficie que va a recibir el relleno quede sellada. Se sacan los moldes y se rellenan con cuidado de no quemarse, aunque también se pueden dejar enfriar un poquejo: se pone la cucharada de tomate bien extendida, sobre ella se casca el huevito con precaución y por último se añaden los guisantes previamente cocidos y el jamón o chorizo sin freír.
Se meten las tartaletas así rellenas al horno. El tiempo es corto, pero no me atrevo a decirlo con exactitud porque depende de cada horno (alrededor de 10 minutos). Lo ideal es que se cuaje la clara y quede la yema líquida, pero ya veis que a mí se me cuajó todo, ocurre en un abrir y cerrar de ojos, grrrr. Hice una segunda tanda, montando las tartaletas sin las yemas, dejándolas aparte, para meterlas dos minutos al final. Así te aseguras de que quedan líquidas, para que sus jugos empapen bien todo el platillo al comerlo… y la barbilla del comensal… ñam. A pesar de las imperfecciones, a D. le encantaron… y a mí también… con un rico vinito tinto o una tradicional sangría… constituyen un aperitivo muy racial. (¿Por qué será que acabo casi todos mis posts bebiendo?)
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Nélida dice
Miriam, me ha encantado esta receta.
Yo tengo preparadas unas tartaletas también para el HEMC, pero no tienen nada que ver con estas.
besos
Kako dice
Que delicia de tartaletas, me encantan verdaderamente.
Siempre pienso que lo mas sencillo, lo menos rebuscado es infinitamente mejor.
Un beso, las fotos como siempre encantadoras.
Mai dice
Siempre digo que no tengo un plato favorito aunque cuando pienso detenidamente que es lo que siempre me apetece comer digo sin dudarlo ¡ huevos ! en todas las formas posibles que se puedan preparar me gustan seguro , y estas tartaletas hoy serían una cena ideal con una ensaladita,sin dudarlo.
besos
Erika dice
La verdad es que si es algo muy común para mi no lo es. Me encantan las comidas mini, como de muñecas. Es interesante el aporte que hiciste de trigo sarraceno a la masa, sabés que a mi también me gusta mucho mezclar y probar. Me encantó, o como dicen uds me CHIFLA jaja
Cariños
epa! dice
Miriam ¡QUÉ RICAS! De acuerdo con Mai, todo lo que lleve huevo tiene que estar bueno, y las tartaletas además son preciosas.
Buen truco lo de congelar la masa.
B*
Núria dice
Quedan de maravilla!!! Que ricas y que molonas :D. Geniales las fotos y los comentarios jocosos :D. Brindo por tus platillos!
Miriam dice
Sra. Nélida: me alegro de que te guste!
Sra. Kako: gracias!
Sra. Mai: síiiiii, a mí me pasa lo mismo, qué ricos los huevos, por favor…
Sra. Erika: cariños 😉
Sra. Epa: sisisis, cualquier cosa con huevo está buenísima
Sra. Nùria: gracias!
PILAR dice
¿Esto debe ser pecado, no? Ya me imagino el contraste del huevo de codorniz, el chorizo, la tartaleta… Un delirio de sabores! Esto seguro que cae! Y el final de los post me parece magnífico, jaja.
Besos!
Sara dice
Que pinta más buena tiene! Me encanta esta versión tartaleta de los guisantes con jamón de toda la vida.
Un saludo
Pilar - Lechuza dice
Y cuantos me tendré que tomar para llenar esta panzota?? deliciosos
un biquiño
Zerogluten dice
Utilizo mucho el sarraceno por el tema de Martín y me encanta su sabor. Intentaré hacer esta masa sin gluten entera, que ya es lo más de lo quebradizo, pero bueno….
Me encantó tu versión en forma de aperitivo.
Besitos sin gluten.
anta dice
Me encanta leerte. Aparte de tus recetas (esta ya me la he apuntado), tu sentido del humor siempre me hace sonreír.
Cocinar y reír, reír y cocinar…qué buena mezcla.
(Reír y esquiar. Esquir y reír decía Woody Allen)
Besos.
Esperanza.
Miriam dice
Sra. Pilar: pecado pero de los gordos, como debe ser XD
Sra. Sara: nonono, no son guisantes con jamón! Son huevos al plato!!!
Sra. Lechuza: pues… los que haga falta, no? Se pueden hacer por toneladas 😉
Sra. Zerogluten: igual se puede mezclar harina de arroz o algo así.
Sra. Anta: a ver, si nos reímos con la que está cayendo… ays. Beso pá tí también!
Flavia Pantoja dice
Miriam, nunca havia visto ovo em tortas e achei a ideia brilhante!!
Vou testar!!
um beijo e bom final de semana!
alessandra dice
Que hermosa idea por el fingher food! Hacen color en el plato y son muy muy sabrosas, se ven sin comerla lo buena que son.
My espagnol es horrible.. tengo verguenza!
Baci Alessandra
La cuina vermella dice
Des de Barcelona, te mandamos un aplauso enorme, te estamos haciendo la ola y tirando cohetes al cielo!!!! Bravo amiga, que lujo de plato!!
Miriam dice
Sra. Alessandra: tu español es excelente, en cualquier caso mucho mejor que mi italiano, así que no te disculpessssssss!!!!
Sres. Cuiners: gracias, guapetones!