Esta es la historia de un fracaso. No, queridas criaturas, no todo en mi vida son éxitos. No todo en mi vida es lujo, belleza, poder y gigolós, como vosotros suponíais. A veces sufro reveses del destino. Y no sé si me repondré de este revés en particular. Miedo me da que pueda arruinar mi incipiente, y ya incierta, carrera como maestra repostera… podría forzar mi reclusión en cama, reducida a una piltrafa sin fuerzas para salir de ella, como los abuelos de Charlie, el de la fábrica de chocolate. Cuánta desdicha (mocos, lagrimeo, sorbetones) en un cuerpo tan pequeño (a lo alto). Procederé a contarlo todo… ¿todo? Sí, todo… No escatimaré detalles escabrosos.
Disponía yo de un importante excedente de claras de huevo congeladas, procedentes de cremas pasteleras, mojicones y pastas varias. Por ello, levanteme un día y díjeme a mí misma: podías probar a hacer paciencias, con lo ricas que te sabían estas pastitas cuando eras peque… Qué mente preclara la mía. En la red se encuentra poca información sobre ellas, pobres criaturas, pero encontré una receta para un regimiento (que dividí por cuatro) en el libro De fogones y pitanzas sorianas. Tuve que convertir las libras y los cuartillos en que estaba la receta a unidades menos vetustas, pero estaba dispuesta a superar cualquier obstáculo para preparar mis queridas paciencias (que en ciertas latitudes más escatológicas llaman también pedos de monja…). Os transcribo aquí la receta para que comprobéis con vuestros propios ojos que era harto imprecisa:
Se pone en un cazo 2 cuartillos de claras y cuando están bien batidas se echan 4 libras de azúcar con punto de clara, se añaden 4 libras de harina de trigo y unas gotas de esencia de limón; se escudillan en papeles y se dejan pasar una noche por media. Se cuecen a horno fuerte.
Se habrán quedao a gusto… ¿Qué punto de batimiento es «bien batidas»? ¿Qué es «punto de clara»? ¿Qué es «dejar pasar una noche por media»? ¿Y un horno fuerte? Oh, campos de soledad, mustios collados. Pero con estas señas ¿cómo me iban a salir bien? Interpreté estos arcanos como pude y, evidentemente, algo hice mal.
Paciencias
Salen unas 200 (sí, habéis leído bien)
- 280 ml de claras (en mi caso, unas 10)
- 400 g de azúcar
- 460 g de harina
- 1 pellizco de sal o de cremor tártaro
- Unas gotitas de esencia de limón
- Se pone el horno a calentar a 250 ºC.
- Se pesan el azúcar y la harina y se reservan.
- Se ponen las claras en un robot (yo soy incapaz de hacerlo a mano) junto con la sal o el cremor y se comienzan a batir. Cuando empiezan a espumar, se va echando el azúcar poco a poco, hasta obtener un merengue consistente.
- Se añade entonces la harina tamizada y la esencia de limón. Se mezcla con espátula o en un robot con pala, hasta que no se vean grumos de harina.
- Se prepara una manga pastelera y se rellena de masa. Se forra con papel de horno una placa de pastelería y se van formando montoncitos de unos 3 cm de diámetro. Se debe mantener la boca de la manga cerca del papel, para que no queden muy levantados los montoncitos.
- Una vez llena toda una bandeja de pastitas, se golpea la bandeja sobre la encimera para que se aplanen y pierdan el copete que deja la manga. Se dejan reposar unos minutos, porque se van desparramando un poquillo.
- Se meten al horno y se cuecen entre 4 y 5 minutos. Se sacan y se dejan enfriar en la bandeja 5 minutos. Entonces se quita el papel, con las pastitas pegadas, y se rocia de agua la bandeja (por ejemplo, con un rociador para plantas). Se vuelve a poner el papel con las pastas encima de la bandeja humedecida. Se espera un par de minutos y las pastitas se despegarán estupendamente del papel. Palabrita del niño Jesús.
Pues… que las paciencias genuinas tienen una textura más fina y un color más uniforme que las mías. Estas quedaron un pelín granulosas. Recuerdo las paciencias como una cosita dura y muy fina, morenitas por fuera. Creo que las comprábamos cuando íbamos a Segovia de excursión… Es posible que no sea necesario hacer un merengue duro con las claras y el azúcar, sino una cosa discretamente fluida. Puede que el azúcar haya de ser glas en lugar de corriente. Qué sé yo. Si alguien tiene el secreto de las paciencias, estoy dispuesta a comprárselo. Manifiéstese. Ya.
Eso sí, a mis hijos les encantaron, las encontraron adictivas y desaparecieron en un periquete… Ricas estaban un rato, el sabor sí que era similar, aunque habría que llamarlas de otra forma… templanzas, esperanzas, caridades o… fracasos. Bueno, si pasabas deprisa y viéndolas de lejos, se parecían mucho a las verdaderas paciencias… snif.
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El futuro bloguero dice
De apariencia, divinas. En mi opinión probablemente hubiera ido mejor con azúcar glass, probablemente menos granulosas y más finas, pero en todo caso, me parecen buenísimas, y menuda cantidad, tendras paciencias para todo un regimiento con esas doscientas unidades.
un beso
Sonia - L'Exquisit dice
Miriam, yo no conozco las paciencias, pero estas se ven geniales….no será q los recuerdos a veces nos engañan? y si no, como tu bien dices, les cambias de nombre y a esperar q un alma caritativa te pase la receta correcta…
Un abrazo y animos, q seguro q al final encontraras tus paciencias…
Cuinera dice
Yo no conozco las paciencias, pero me gusta la pinta que tienen las tuyas! Un besito
ANGELICA BERTIN dice
Yo las encuentro bellas
y la cocción del merengue siempre es mas lento pero estas llevan harina
Creo que te quedaron muy buenas y se ven ricas
Lo importante es que le gustaron a tu familia
ahhh y la recta del encabezamiento esta genial cualquiera la lee y se desmaya jiji besos
Begoña dice
Yo las veo perfectas!!!!
Quizás no sean las que tu recuerdas, pero estoy segura de que a nada que practiques un poco ó consigues las que recuerdas ó las olvidas y prefieres las tuyas.
De todas formas, yo las recuerdo más pequeñas, no? Eso quizás si influya en la consistencia. Cuanto más pequeñas, al hornearlas quedarán más duras…. no se, a lo mejor a mi la memoria también me falla….
Un saludo, Begoña
Gabriela, clavo y canela dice
Ya está, para la próxima vez que haga alfajores, y me sobren las 9 claras, vengo por tu receta :)..
Pues paciencia se han de llamar, porque salen 200!! que te quedaron encantadoras..
besitos
Gaby
Blo dice
Yo tampoco conozco las paciencias, pero a la vista a mi me parecen macarons (sin relleno), solo que leyendo la receta me doy cuenta de que lleva harina, mientras los macarons no.
En fin, a mi me parecen preciosos los que hiciste y si dices que tus hijos les dieron buena cuenta es porque estaban deliciosos, no? 🙂
Carlos Dube dice
200!!.. ¡caray!, si podíamos haberlas probado todos y te decíamos ;).
A mi me parece que te han salido muy apetitosas, bien es verdad que las paciencias no las conozco.
Y sobre el tema del granulado, no soy nadie para aconsejarte, pero quizás el Futuro Blogero a dado en el clavo, prueba con azúcar glass. Lo que sí que no entiendo muy bien es eso que nos dices de sal o cremor tártaro ¿una elección entre uno y otro?.
Un saludo.
Pilar - Lechuza dice
Paciencia la que has tenido tú al adaptar la receta a nuestros tiempos !!!
De todas maneras te han quedado "gorgeous" !!
un biquiño
epa! dice
Miriam, me ha encantado, lo que me he reido leyéndolo… simplemente genial. También las paciencias, aunque es verdad que yo tampoco las he probado y no puedo juzgar.
B*
Akane dice
Su nombre les vas que ni pintado, por lo que parece. Pero esa esa receta es para enmarcarla! Típica receta antigua, que parece redactada por alguien que sabe perfectamente cómo se elabora y supone que el lector debería saberlo también, porque anda que es explicativa…
Yo no conocía estos dulces así que a mi me parece que te quedaron más que bien! Puede que no fueran iguales a esas pastas que tú recuerdas, pero yo no lo llamaría fracaso; ¿una reinvención más bien? Si se comieron a gusto, fracaso no puede ser 😉
Un abrazo
fargopatt dice
lo que me alucina es que hayan salido 200 jajajja
de todos modos, si quieres volver a intentarlo, yo pongo tres bocas para catarlo todo…jjaj
mil besos maestra repostera!!!!
anta dice
¡Qué exigente contigo misma, Miriam!
¿Cómo puedes llamar fracaso a algo que tus hijos comen adictivamente y que desaparece de tu cocina? Eso para mí es un exitazo. Deberías llamarlas paciencias para madres sin paciencia (si tus hijos no comen se te acaba la paciencia), o paciencias exprés (por lo rápido que desaparecen), nunca fracaso.
Y con las indicaciones de las receta es éxito doble. Podía haber salido un churro, y no.
Ojalá tuviera aquí unas poquitas.
Besos.
Esperanza.
Gemma dice
Pues nadie lo diría por la apariencia porque yo a al verlas he dicho tetitas de monja, que es como les llamaba mi abuela.
Muas!
fresaypimienta dice
No conozco el aspecto de las paciencias, pero el aspecto de "tus" paciencias, es fantástico, con un buen cafe deben ir perfectas! un beso
Su dice
Genial Miriam, he disfrutado mucho leyéndote, tienen una pinta que paqué!
Núria dice
Pues a mi me parecen perfectas, yo me uno a tus hijos y las devoro todas…je je…
besos
morgana dice
Pues a mí ma parece que tienen una pinta estupenda. No se puede comparar un dulce hecho en casa con uno industrial, de eso no cabe duda.
Y olé por atreverte con una receta tan "precisa". Entre convertir las medidas del año de la polka a gramos y adivinar el punto de las cosas… ¡¡¡ Tienes muchísimo mérito !!!
Un abrazo.
morgana dice
Ains, se me ha borrado el texto…
PAra mí tienen una pinta estupenda, mi padre se habría comido al menos 199 (200 me parecen muchas, jajaja).
Ya tiene mérito atreverse con unas medidas de los tiempos del Arca y unas indicaciones tan peregrinas.
Un abrazo.
Gitanilla dice
Qué pinta!! que presencia y qué ricas tienen que estar! poquito a poco me comería unas cuantas y es que son tan chiquititas…
Besitos guapa
Marcela dice
Me parecen una dulce forma de aprovechar los sobrantes de clara… Si no te convence la textura, quizás además de probar con azúcar impalpable, como ya sugerías, podrías probar batiendo mucho más tiempo con las claras para que se disuelva el azúcar (y ahí podría estar el origen del nombre paciencia, en viejos libros baten por horas con este fin). Creo que lo de la noche por media es que hay que dejarlas reposar toda una noche…. Me recuerda en cierta forma a algunas indicaciones para preparar los Springerle, aunque estos sean tan diferentes.
Muchos saludos,
Marcela
Miriam dice
Sr. Paco: gracias!
Sra. Sonia: mmm, tengo buena memoria, pero lo que tengo que hacer es pasarme por Segovia para comprar una bolsita y hacer un estudio de campo… ejem.
Sra. Cuinera: gracias!
Sra. Angélica: gracias!
Sra. Begoña: tienes razón, yo las recuerdo enanas, pero como la receta decía 3 cm…
Sra. Gabi: gracias!
SRa. Blo: sí que se parecen a los macarons, sí…
Sr. Carlos: te advierto que se hacen en un pis pas, porque como vas tirándolas con la manga, no tardas nada.
Sra. Pilar: jiji, gracias!
Sra. Epa: creí que las paciencias eran más populares… deben de ser una antigualla.
Sra. Akane: sí, las recetas antiguas son así… besos
Sra. Fargopatt: gracias!
Sra. Anta: gracias!
Sra. Gemma: oh, qué bueno el nombre…
Sra. FyP: gracias!
Sra. Su: gracias!
Sra. Núria: gracias!
Sra. Morgana: gracias!
Sra. Gitanilla: es lo que tienen las cosas pequeñas… que te las comes sin darte cuenta.
Sra. Marcela: lo del reposo por la noche sí que lo pensé… pero me parecía un lío tremendo dejar reposar 200 galletitas… las hubiera tenido que repartir por toda la casa. Tienes razón, a mí también me recordo a la preparación de las springerle. Besos.
Marcela dice
Jeje, hay que tener una casa grande como un convento para distribuir 200 galletas. Imagínate si hacías la receta entera… 😀
fe-i*ká dice
Es la primera vez que te visito.y estas paciencias me han transportado al pasado. De momento me lleno de paciencia-s que buena falta me hace. Felicidades por el blog. Sigo investigando-te.
***Besikos.
Raquel dice
No podía dejar de comentar esta receta como soriana que soy:) las paciencias muy tipicas sobre todo en la zona de Almazán son las pastas de mi infancia pequeñitas y duras como ellas solas aunque nunca las he preparado ya que es tan facil ir a la tienda y coger una bolsa jaja tengo ese libro creo que es tan escasa la bibliografia sobre la gastronomía de mi tierra que lo guardo fotocopiado a la espera de que alguien decida que podría reeditarse… en fín gracias por el cariño con que has tratado este cachito de mi infancia.
Miriam dice
Sra. fe-i*ká: bienvenida! Pasa y ponte cómoda, jaja.
Sra. Raquel: me encanta que una soriana me dé su opinión! Y me consuela saber que hay poca información sobre el tema… debo hacer un estudio de campo… sisisis.
Vicente dice
Hola
Prueba lo siguiente. El azúcar añadirlo a las claras montadas como almíbar (consistencia bola floja) y la harina que sea de repostería.
Saludos
Guestofwinter dice
Mil gracias, Vicente! Guardaré este comentario como oro en paño y lo probaré.
Mireia dice
Hola, Miriam
acabo de descubrir tu blog, y me encanta todo: los panes, los postres, las fotos… y tus introducciones! Aun no he entrado en los platos salados, así que tengo trabajo aun.
Aquí en Catalunya tenemos los «pets de monja», y ,como te pasó a ti, hice un poco de investigación para recordar sabores infantiles. No encontré casi nada, hasta que por fin una cocinera me pasó la receta: 250 g de harina, 150 g de azúcar, 3 huevos (enteros, no sólo claras) y ralladura de limón o canela. Basta con batir los huevos con el azúcar y el limón hasta que queden esponjosos, añadir después la harina y ya lo tenemos. Ponemos la masa en una manga pastelera, hacemos la forma y al horno, a 180ª, hasta que cojan el color dorado característico.
Cambia lo de los huevos, pero por el resto y por el aspecto de tus paciencias, debe ser muy similar. Espero que te sirva.
Guestofwinter dice
Mireia, primero me alegro mucho de que te guste lo que ves, bienvenida! Y segundo, mil gracias por la receta! La probaré seguro, justo hace poco compré unas auténticas paciencias, así que tengo con qué comparar. Un abrazo!
Concepción Guerra dice
Las he hecho, he puesto azúcar glas y cuando enftiaron estaban más o menos duras. Las dejé fuera en una bandeja y por la mañana ¡Oh cielos! estaban correosas. Tengo que seguir intentándolo.
Miriam Garcia dice
Es que no son fáciles, qué va…
rocio dice
Buenos días Miriam, decirte que he hecho las paciencias con tu receta y me han quedado perfectas. Muchas gracias.
Miriam Garcia dice
Qué bien, gracias por venir a contármelo! Aunque esta es una de tantas recetas que tengo pendiente mejorar…