Lo confieso: las obras literarias que más han influido en mi vida son los libros de Los Cinco y las novelas de Agatha Christie. No, ni Shakespeare, ni Cervantes, ni siquiera Dostoyevski. De pequeña quería ser Jorge (o Jorgina), esa niña que daba sopas con honda a las ñonas como su prima Ana (niñañona, si es que tanta eñe no puede ser buena) y que no lloraba ni bajo tortura. Señora Enid Blyton, cuantísimo daño ha hecho usted.
Mi sueño era perderme en un neblinoso páramo británico, dormir al raso sobre raíz de brezo británico y tener tratos con siniestros contrabandistas británicos. Vivir en una casa con entrepaños de roble en la biblioteca… Comer sopa de tomate y pastel de carne, y beber cerveza de jengibre. Qué lástima de niña.
Lo de la señora Christie ya vino en la adolescencia. Desde entonces mi sueño fue vivir en un cottage inglés, contemplando la lluvia inglesa por una de esas lindas ventanas de rombos enmarcada por un rosal inglés. Vestida con una falda de tweed (aunque esto me viene de Rebeca y Sospecha… pero el daño cerebral que me ha causado el cine merecería un libro entero). Y haciendo fundamentalmente lo que hacen en las novelas de Agatha Christie: nada. En los libros de esta señora nadie trabajaba, nonono. Lógico que me enamorase de este ambiente. Lo más que hacía la gente en la campiña inglesa era matarse unos a otros, que siempre ha sido un pasatiempo noble y honrado.
Ahora que soy mayorzota he tenido el capricho de preparar un dulce británico muy, muy, muy tradicional de Navidad: mince pies, unas tartaletas rellenas de fruta confitada macerada en alcohol. Su nombre significa realmente tartitas de picadillo de carne, porque en su origen, medieval para más señas, llevaban carne. La composición fue cambiando con los siglos hasta quedarse en un relleno meramente dulce y muy bestia, aunque permaneció el famoso sebo de riñonada que utilizan en la Gran Bretaña para los puddings de Navidad.
Para el relleno de las mince pies consulté recetas de aquí y de allá e hice mi propio refrito usando oporto, que no es lo más tradicional, pero sin duda está mortal. Obvié el sebo de riñonada, porque añadírselo a una compota no me seduce. Si queréis conocer la historia de estas tartitas mince pies y leer alguna de las originales recetas medievales, mirad este sitio web tan interesante, Recipewise.
- 90 g de arándanos secos
- 400 g de pasas
- 100 g de ciruelas pasas en trozos
- El zumo de 1 naranja y su ralladura
- 250 ml de oporto ruby aceptable
- 200 g de azúcar
- 3 manzanas reinetas
- 1 cucharada de pimienta de Jamaica molida (2)
- ¼ cucharadita de canela molida
- 250 g de harina de repostería
- 30 g de azúcar
- 1 pellizco de sal
- 150 g de mantequilla fría
- 2 yemas de huevo
- 10 ml de agua helada
- 1 vaina de vainilla
- Se pone toda la fruta seca en un cazo esmaltado. Se añade el oporto.
- Se le saca la ralladura a la naranja, se pone en el cazo y se añade el zumo también.
- Se pelan y cortan en daditos las manzanas, se añaden al cazo.
- Se echan el azúcar y las especias, y se lleva todo a ebullición. Se deja cocer la compota muy despacito, hasta que el líquido se reduce y se convierte en un almíbar. Se apaga el fuego y se deja enfriar y reposar.
- Se ponen en un robot la harina, el azúcar, la sal y la mantequilla cortada en trocitos. Se pulsa varias veces a velocidad máxima para formar una mezcla arenosa, hasta que no se aprecien grumos de mantequilla.
- Se añaden las yemas de huevo, el agua y las semillas de la vaina de vainilla, y se mezcla a velocidad media unos segundos, hasta que se vea que la masa se amalgama (10 segundos a v. 6 en Thermomix).
- Se saca la masa del robot, se hace una torta sobre un plástico de cocina, se envuelve y se pone en el frigorífico un rato, para que se endurezca.
- Mientras, se pone el horno a calentar a 180ºC.
- Se saca a la encimera y se estira sobre el mismo plástico, con algo de harina por encima si está demasiado pegajosa. Se engrasan y enharinan unos moldes de muffins corrientes y molientes. Se cortan redondelitos con un vaso de tamaño ad hoc, para que queden las tartitas como se ven en las fotos, un poco más abajo del borde del hueco para un muffin.
- Se rellenan con picadillo de frutas y se les pone la tapa, que se corta con otro vaso o cortador a un tamaño que sobresalga un poco del hueco del molde. Se moja ligeramente el borde de la base, para que la tapa se pegue, se coloca esta encima y se presiona para adherirla a la base. Se le hace una formita mona al borde y ya está.
- Se meten las tartitas en el horno y se cuecen 25 minutos. Mejor hacerles un agujerín para que salga el vapor. Se sacan y se desmoldan sobre rejilla, se despegan muy requetebien.
(2) La pimienta de Jamaica es una especia que tiene un sabor entre el clavo y la canela, así que podéis sustituirla por clavo y canela molida, en proporción de mitad y mitad. No es exactamente igual, pero tampoco es muy distinto.
La forma de las mince pies es mejorable, porque parecen gorros de marinero, pero estoy dispuesta a practicar… Como no podía ser de otra manera, esta masa quebrada dulce con yemas de Dan Lepard es perfecta, se deshace en la boca (¿queréis saber más sobre las masas quebradas y cómo se hacen? Aquí). El relleno está riquísimo, la mezcla del oporto con los toques cítricos es fantástica.
Comed estas mince pies calentitas, recién salidas del horno o recalentadas también en el horno, están mucho más ricas que del tiempo y se desatan todos los aromas. Y si puede ser con un reconfortante toddy como el de la receta anterior, mejor que mejor. O con un buen whisky, como la difunta reina madre, para pasar unas genuinas Navidades británicas. O British Christmas, que dicen ellos. Ni en la mansión de Agatha Christie comían tan bien, oyes.
Si queréis más recetas de dulces navideños del blog:
- Casita de galleta
- Mantecados blancos
- Mantecados de avellana
- Gelatina de cava
Y si os gustan los dulces con manzana, os sugiero:
M. Ángeles (Secocina) dice
Ahora veo claro de dónde vienen mis inclinaciones agrestes… Has hecho luz en mis memorias. Aunque, no es por ponerme en plan puñetero, se te han olvidado los pasadizos secretos: detrás de los entrepaños o moviendo algún resorte en la chimenea siempre había alguno. Lo he recordado de golpe al leerte. ¡Qué recuerdos! A mí los libros aquellos me salvaron una hepatitis de las de ocho meses en la cama. Y no me importaba nada estar a dieta estricta y que ellos se pusieran morados, total, para lo que comían… A mí eso del pastel de carne me sonaba muy raro, y la cerveza de jengibre no te digo. Los tiempos cambian, una crece y se informa y hasta a veces viaja, y resulta que te pueden llegar a apetecer esos mince pies, sobre todo los tuyos, con ese relleno tan aromático y esa pinta!!
Un abrazo
Guestofwinter dice
Sí, claro que me acuerdo de los pasadizos secretos! Pero todo no me cabía, jaja. Es verdad, lo que parecía maravilloso puede parecerte otra cosa con los años, pero es lo que tiene ser joven, que no tienes prejuicios. Ni experiencia, claro 😉
Cristina, from BA to Paris dice
Pues yo de chica, me «castigaba» leyendo a la Brönte…siempre me preguntaba por qué no habia nacido huerfana…para terminar teniendo un «torrido» affair con Mr Rochester…claro, esa era mi imaginacion de pre adolescente…ahora no consideraria que se puede tener nada «torrido» con un inglés de esas localidades….pero siempre me han gustado los ingleses (aunque después un vasco me haya llevado al altar…) Mi preferido actual es Colin Firth, con el sweater del reno si es posible…
Y nunca hice los mince pies, asi que voy a poner en practica tu receta….no sea que un dia me tope con el Colin en cuestion ( aunque creo que él va a apreciar mis empanadas argentinas ;D
Guestofwinter dice
Ays, sí, por favor, quién no se ha enamorado de Rochesterrrrr… Coincido contigo en Colin Firth y en lo del suéter XD
Vega dice
No sabes lo identificada que me siento contigo, Miriam. Yo quería tanto tanto ser Jo, que a los 11 me corté el pelo a traición. A mi madre casi le da un síncope cuando me vio. Con los años sigo siendo más de corto que de largo. Además yo fui a un colegio mixto que, hasta el año de mi entrada, había sido sólo de chicos, no te digo más. Nunca jugué a la comba ni me gustó Candy Candy: yo era de devorar libros de Los Cinco. Luego, también en la adolescencia, llegó doña Agatha, que sigo devorando cada cierto tiempo (cuando se me comienza a olvidar quién era el asesino y el libro vuelve a tener interés). Sigo queriendo un cottage con cadáveres y biblioteca y dudo que eso cambie algún día, jijiji. Esta Navidad haré las dos recetas british que has publicado y te las agradezco en el alma. Un gran abrazo.
Guestofwinter dice
Jajaja… si sabía yo que habría muchas «afectadas» por ahí… yo del pelo corto recuerdo una vez q lo pedí, sí. Pero lo q más aprendí fue a no llorar bajo ningún concepto, no sé si lo conseguía ;). Y sí, todas debiéramos tener un cottage para los ratos libres XD. Bienvenida, eh?
Inés Tsai dice
Me fascina leer, pero ésta fascinación me llegó de adulta ya, el asunto fue que a los 12 años me estaba leyendo justamente un libro súper interesante de Agatha Christie pero mi hermana mayor por hacerse la graciosa me contó el final!! Fue tan grande la frustración que lloré una semana jaja Pero si por mí fuera, hoy en día, me pasaría horas leyendo.
Los Mince Pies te han quedado de lujo, se ve que la masa es del tipo que se deshace en la boca!!!! Precisamente también he publicado én mi blog hace no mucho, mi versión de éstas tartaletitas tan ricas. En casa ya piden por más! 😉
Guestofwinter dice
Sí?? Voy a verlos! 😉
Miriam (la princesa pastelera) dice
Muy rica. El relleno me parece increíble. Me imagino tomándolo calentito y se me hace la boca agua.
Un beso.
Amiloquemegustaescocinar dice
Qué maravilla!! Mira que llevo años con el gusanillo de hacer estos mince pies pero me dan mucho respeto, a ver si con tu receta me animo! Thank you 🙂
ivana dice
que ricura! yo deboraba los libros de agatha christie en verano! y esos mince pies les he echado el ojo, a ver cuando busco un ratito y me pongo, aunque lo mejor sería que me enviaras unos poquitos para probarlos!
besotes
Agnes dice
Hola Miriam,
Anoche leía tu entrada y al final no sabía si reía o lloraba. No sabes cómo me siento de identificada contigo. En mi niñez me regalaron un libro de Los cinco, si no recuerdo mal, para mi cumpleaños, y si la memoria no me falla, mi mejor amiga. No me gustó, pensé… vaya bobada! Pero hubo algo que se me quedó dentro, la forma en la que describían la comida. Aquel verano, aburrida en la huerta en la que pasaba los veranos, mi amiga Isabel, me ofreció dejarme más libros… fue como heroína!! No podía parar de leerlos, uno, otro, otro… No entendía cómo habían podido «no gustarme» de buenas a primeras… Me los leí TODOS! Hoy agradezco a Maribel, la madre de mi amiga que nos regalase aquellos libros, que también habían sido sus libros en la infancia.
Peeero, al igual que tú, Los cinco, fueron sólo el principio. Me enamoré de Jane Eyre, y como dice otra chica un poco más arriba, con mis once añitos, suspiraba por ser huérfana y que un apasionado sr. Rochester me salvara… pero no contenta con eso, continué con Austen… y cabe añadir, con Tolkien… otro muy de comida inglesa (obviamente).
Hoy en día, sigo enganchada a Jane Eyre… tengo tres películas y me leo anualmente el libro… Sigo suspirando por un té a las cinco, mirando páramos helados y cuajados de niebla, en una mansión solitaria y lóbrega… a ser posible con el calor de una chimenea y del sr. Rochester.
Voy a considerar un reto persnal, hacer esta receta, en honor a mi Charlotte Brontë, a Enyd Blyton y cómo no, a mi querido Tolkien
Guestofwinter dice
XD yo me los sabía de memoria, los leía y releía. Intenté introducírselos a mis dos hijos, pero ellos son más de los Simpson y de vampiros que de Los Cinco, nadie es perfecto. Bueno, aparte de todo, es que las hermanas Brontë son excelentes escritoras y ya Jane Austen son palabras mayores, aunque a esta la leí de mucho más mayor. Y yo también soy mucho de Tolkien… Anglófilas de pro es lo que somos ;).
Agnes dice
Y que lo digas, a ver si la semana que viene, que ya tengo vacaciones pruebo a hacer los mince pies… salga lo que salga, que no tengo mucha fe!
Pilar dice
Creo que debo tener la colección de Los Cinco casi enterita y la debo haber leído tropecientas veces. Yo no quería ser ninguno de ellos, yo quería las galletas de jengibre, esos sandwiches, cakes y demás cosas ricas que siempre tenían a mano. Y luego, ya de mayor, tomar una buena taza de té con Miss Marple. En fin, celebraremos la British Christmas con un buen mince pie. Besos.
Guestofwinter dice
Jaja, pero eran tan ricas o solo nos lo parecían porque no las conocíamos? 😉 Besos.
Marta dice
¡Hola!!! Delicioso descubrimiento el que acabo de hacer descubriendo tu blog… y no sólo por tus recetas (que POR SUPUESTO) sino también por lo que cuentas y por cómo lo cuentas.
Yo soy una blogger novata que pasaba por aquí y me quedo como «fan».
¡Ah! También crecí con «Los Cinco» ycon «Agatha Christie» (siempre Agatha Christie!!!!!). Por cierto, qué pinta tienen las «mince pies»!
Un saludo,
Marta («Sweet & Home la Vida es Dulce»)
Helena / Rico sin Azúcar dice
Jajaja, yo como tú: me veo sentada junto a la chimenea, con una rebequita, tomando té y bocadillos de mantequilla y pepinillo, contemplando la campiña a través de los enormes ventanales… Es verdad que nadie trabajaba en los libros de Agatha Christie, no había caído!
Unas minced-pies deliciosas. El plato me sonaba, pero nunca había leído la receta, y siempre pensé que era otra mezcla de pastel con carne como las que les gustan a los ingleses (ya se sabe que tienen debilidad por los pasteles de riñones y cosas «delicias» así… 😉
Gracias por la receta y buen fin de semana
Guestofwinter dice
Apoyo la moción de la chimenea, la rebequita y los ventanales, pero los sandwiches de pepino te los cedo amablemente 😛
Milagros Echenique dice
Sólo te diré que me quedo a vivir en tu blog jejeje….Da la casualidad que me crié en un English School!!! ainsss y aunque en su momento lo odiaba..todo lo que cuentas existe en mí..jejeje Que currsi :p bueno a lo que voy..que me siento como en casa vaya, Y tan a gusto..pienso hacer muchas de tus recetas así que prepárate Miriam jijiji..Gracias por compartir. 🙂
Miriam Garcia dice
Pues bienvenida! 😉