Este postrecillo tan clásico es habitual en muchos países de Europa, con variaciones. Al hilo de mi cruzada habitual para eliminar el azúcar común de mis platillos, me he decidido a hacerlo sin azúcar. Es facilísimo y te puedes coger la misma cogorza comiendo frutillas rezumantes de alcohol, pero con un poco menos de mala conciencia… en mi familia me van a levantar una estatua, lo sé. En lugar de emplear vino tinto, que creo que es el alcohol más habitual para su elaboración (corregidme si me equivoco), yo prefiero hacerlo con vino dulce. En primer lugar, porque el vino dulce me requeteencanta y, en segundo lugar, porque así tampoco tienes que echar tanto azúcar o, en este caso, otro tipo de endulzante. El vino dulce ya es… pues eso, dulce, con su rico azúcar de frutas.
En cuanto a las frutillas que añado, yo pienso que eso debe ser completamente a gusto del consumidor. Hay gente a la que le gusta con más higos, otros prefieren más fruta fresca cocida… como más os guste. Yo pongo las cantidades que me gustan a mí.
Compota navideña con vino dulce y sin azúcar
- 250 g de orejones
- 100 g de dátiles deshuesados
- 100 g de ciruelas pasas deshuesadas
- 200 g de higos pasos
- 2 peras de carne firme (por ejemplo, Conferencia)
- 500 ml de moscatel o mistela (yo usé uno aragónes)
- 500 ml de agua
- 1 palo de canela
- 1 cucharadita de granos de pimienta de Jamaica (facultativo)
- 1 chorrito de esencia de naranja o 1 cucharadita de ralladura (también facultativo)
Hay quien le pone también manzana, pero tiene que tratarse de manzanas con una carne muy firme, para que se hagan al mismo tiempo aproximado que el resto de los ingredientes. En cuanto a la pimienta de Jamaica… es que la adoro desde que la descubrí el año pasado. Para los que no conozcáis tan exótico ingrediente, bastante común en los dulces británicos, se trata de unos granitos más gordos que los de la pimienta común, pero con un delicioso aroma a clavo y canela. Sí, a las dos cosas a la vez, tal cual. Por eso es muy práctica para los dulces. Dió la casualidad de que me había quedado sin palos de canela cuando me puse manos a la obra, así que por eso eché una buena cucharadita de granos.
La elaboración no tiene misterio ninguno. Se pelan las peras, se cortan en cuartos y se ponen todos los ingredientes en una cazuela esmaltada que se lleva a ebullición. Se cuece despacito hasta que la fruta esté blanda, unos 40-50 minutos. Se puede meter en lindos frascos de cristal para regalarla en Navidad. Yo cuezo todo el mejunje sin añadir ningún tipo de endulzante y pruebo el resultado para evitar pasarme de dulzor, que siempre se puede añadir al final. Y el resultado en este caso fue que, en mi opinión, el vino dulce bastaba para darle el grado dulzón preciso, es decir, que era un vino MUY dulce. No añadí nada más. Pero si fuera necesario endulzar más y queréis evitar el azúcar, por favor, no añadáis asquerosos edulcorantes sintéticos como aspartamo y sacarina, usad endulzantes naturales como el sirope de ágave o el de arce.
Si os parece que el caldito queda muy clarete (tened en cuenta que no tiene azúcar, luego no coge la consistencia de un almíbar), se le puede añadir una pizca de gelatina en polvo para espesarlo.
Hay una cuestión que se suele pasar por alto cuando sustituimos el azúcar por algún otro tipo de edulcorante, natural o artificial: su poder conservante. El azúcar es higroscópico, lo que significa que tiene afinidad por el agua. Por esa razón le «roba» el agua a los bichos que pueden comerse un alimento y les impide proliferar (se ahogan como pez fuera del agua…). Mi memoria menguante me impide daros la referencia donde leí esto… no me acuerdo. Pero os lo creéis sin chistar porque soy química, eso me inviste de la autoridad moral necesaria… (pausa)… tú, el del fondo, no quiero risitas. Por eso, al no llevar azúcar esta compota hay que conservarla en la nevera y su duración se reducirá notablemente (aún no sé en qué medida, ya os contaré la experiencia). Por supuesto, imagino que su duración podrá aumentarse envasándola en recipientes herméticos y esterilizándolos, como cualquier conserva. Pero es que a nosotros no nos va a dar tiempo a que se estropee… Por cierto, queda riquísima con un acompañamiento de helado de vainilla o servida en una tulipa con unas natillas claritas… ñam.
(Podéis ver un ejemplo de uso de esta compota como acompañamiento en esta mousse de mazapán con compota de Navidad. Mortal de necesidad.)
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Kako dice
Estupenda compota y muy novedosa como postre. Se come por navidades dices?, mira, nunca lo había visto. En el sur de Chile se toma un vino con fresas, rico dulce pero algo así no había visto.
Sabes que la pimienta de Jamaica nunca la he probado, me tientas a buscarla.
Concuerdo contigo en no utilizar esos químicos que endulzan, en casa hemos cambiado al agave pues no es calórico y tiene muchas propiedades benéficas.
Verdaderamente estoy viendo que se puede sacar el azúcar, todos a ello!
morgana dice
Qué buenísima pinta.
La verdad es que con tanta fruta deshidratada y el azúcar natural que llevan estas frutas y con el vinillo dulcecito, a mí también me sobra el azúcar añadido.
Como tiene que estar este invento, madre mía… Seguro que después de cenar esto te vas a la cama de un contento… 😉
¡¡ Gracias por la receta !!
Carlos Dube dice
¡Uys! pues a mí el mundo de la repostería baja en azúcar me tira muchísimo. Seguiré con atención tus recetas sin azúcar, porque si son como ésta chapó. ¡Qué rica tendría que estar acompañando un asado.
Normalemnte soy poco goloso y siempre me ha llamado la atención este tipo de repostería (o confitería). A excepción del chocolate y algunos bollitos de la infancia, soy más devoto de las mousses y hojaldres de frutas, zumos, etc que de bollería rellena (por ejemplo)
De todas formas, haremos una excepción con el post que voy a publicar mañana. Ya te he comentado que casi siempre no lo soy.
Excelentes fotos.
Un saludo.
sara dice
Seguro que con el vinito dulce te ha quedado estupenda! Me la apunto!
Bs!
anta dice
Parece delicosa. En estos momentos llenos de polvorones y turrones un poco de frutilla, aunque sean frutas "pasas" viene fenomenal.
Besotes.
Esperanza
Gabriela, clavo y canela dice
Me parece una súper idea para el postre de navidad! y mejor aun, sin azúcar! gracias!
Begoña dice
Te ha quedado espectacular!!!!
Me encanta esa mezcla de frutas y son tan fotogénicas…jajajja…
Una delicia.
Un saludo, Begoña
Núria dice
Las fotos son tan Navideñas! Muy rico y muy resultón :D.
Felices fiestas, guapa!!!
Erika dice
Ya decía yo que está chica hablaba raro ,con esos términos tan complicados, química tenías que ser. Aprovecho para contarte que mi hija está entre elegir bioquímica o nutrición, a mi me gustan las dos, veremos por cual se decide.
Sigamos con la receta. Te cuento que por acá se venden los frutos así surtidos listos para hacer la compota. Yo la preparo sin nada solo con agua , sin azúcar y sin alcohol, queda muy rica . Ah! Y el guardado no me preocupa porque nunca queda nada jaja
Cariños
Zerogluten dice
Me apunto a pillar la cogorza de dulce contigo. Compartimos varios gustos, el de la cocina y el del vino dulce.
Por cierto, el otro día me dieron a probar un vino que está de miedo y hoy me ha llegado un pedido. Te cuento. Se llama Landó y es de las bodegas Aruspide. El vino blanco es afrutado y muy dulcecito. Fresquito es toda una delicia. Te gustará.
Muchos besitos sin gluten y felicidades por esa compota. Deliciosa!
Anonymous dice
Uy, uy! No llevarán azúcar, pero ligeras, ligerísimas no parecen. Aunque creo que me voy a sacrificar…
La de cosas que estoy aprendiendo, que ni me imaginaba existían. Y las fotos, estupendas!! Enhorabuena.
Besos gordos. Puri.
Akane dice
Qué ricoooooo!
Me gusta muchísimo la compota de frutas, ya sea con frutas secas o fruta fresca; cocida en un alcohol dulce… riquísimo. Yo me apunto a la mistela 😀
Por cierto, en un japonés probé de postre pera cocida en sake dulce con canela y anís estrellado y madre, qué rico.
Tu mezcla de frutas y especias me parece perfecta 🙂
Y tienes mucha razón en lo del tema del azúcar y los edulcorantes… gracias por la información extra.
Un abrazo
epa! dice
Pues yo me apunto a lo de tomarlo con tulipa y helado, debe estar muuy bueno!
A mí también me gusta reducir el azúcar (refinada, de la que llevan los propios alimentos no me quejo) en los dulces, pero a veces se hace muy difícil. ¿Qué tal funcionaría esto con miel?
B*
M.Ángeles (Spoom) dice
Estupenda idea para la compota. Soy de las que reducen el azúcar al mínimo, pero en este caso… ¡nada! bueno. Me encanta. Y también las fotos. Están preciosas, superapetitosas, dan ganas de hincarle el diente a alguna frutilla de esas…
Miriam dice
Sra. Kako: pues me alegro de que sea novedosa para ti, bso.
Sra. Morgana: síiiiii, duermes como un leño, jaja
Sr. Carlos: gracias!
Sra. Sara: gracias!
Sra. Anta: sí, es "mínimamente" ligera, por comparación
Sra. Gabi: por lo menos queda bonita… 😉
Sra. Nùria: gracias y felices fiestas pá ti también! Muaks!
Sra. Erika: sí, me gustan los palabros raros, jaja
Sra. Zerogluten: ays, qué rica cogorza. Qué guay, me encantan los vinitos dulces, Landó, me lo apunto, gracias!!
Sra. Puri: gracias, nos vemos!
Sra. Akane: huys, la mistela, qué rica… un beso!
Sra. Epa: pues con miel estaría bien, pero ya te digo que con el vino poco endulzante le hace falta
Sra. Spoom: gracias!!!!!
La cuina vermella dice
Tienes razón, si te las comes todas la cogorza será poca!!! Me encanta, un dulce para tener la conciencia limpia!! Muchos besos.
Miriam dice
Sres. Cuiners: Un besote!
Emilia dice
Esa receta está riquisima, quiero hacerla para la fiesta de final de año! Pero… que son «orejones»? Thanks!
Miriam Garcia dice
Los orejones son albaricoques secos
Emilia dice
Gracias! Muchisimas–como decía Charlie Chan!
🙂
Mónica dice
Queridísima, mucho habría que escribir de los daños colaterales de los divorcios de amigos. EN mi caso, uno grandísimo. La susodicha tenía un padre riojano que hacía compota de navidad en Noviembre y nos tenía gordos y felices como pavos hasta enero. Perdimos la amistad, la compota y la posibilidad de pedir la receta. Lo que más nos gustaba de ella era el contrapunto de que ponía cascos de naranja con piel, se quedaban compotadas y daban algo de jugosidad al conjunto. Dicho queda que nos peleábamos por tener más naranja. He intentado encontrar alguna receta que usara sus ingredientes y nada. ¿Tú crees que echando los gajos de naranja es suficiente o en tu sapiencia primero blanquearías la naranja? Al ver que tú ponías esencia de naranja, he imaginado que podrías tener una mejor idea que yo.
Miriam Garcia dice
Pues yo confitaría primero las naranjas aparte, porque me temo que la corteza tardará bastante más que un orejón en estar bien confitada, pero con la naranja lo suyo es usar azúcar, porque de lo contrario no te quedará bien.
monica dice
Me parece lógico . Muchas gracias !
Luisa dice
Fisgando la receta de gelatina de cava, tan espectacular, he llegado a esta compota de Navidad que yo he comido como algo típico en Pamplona, allí es muy habitual, pero yo creo que sin vino, simplemente cocidas juntas y sin añadir azúcar, claro, ya son frutas muy dulces ellas solitas. Va para gustos, sé de gente que no soporta las compotas ( en mi familia, al menos) A mí me entusiasman, la verdad. En mi infancia de los años 60 en Santander era costumbre añadir a los turrones y mazapanes frutas secas y escarchadas. Higos, uvas, dátiles, que no veíamos el resto del año, aparecían en unas banderitas y los niños las mirábamos de reojo,demasiado secas, retorcidas y feas, así que eran como el patito feo de los dulces navideños. Las escarchadas eran ya como marcianos de colorines, sólo admisibles en el roscón de reyes, y para quitarlas, claro…Ah, y a veces se disfrazaban cubriéndose de chocolate como falsos caramelos, con su envoltorio chisposo y se llamaban frutas de Aragón…madre mía, todo un mundo.
Saludos cántabros.
Miriam Garcia dice
Estamos muy mayores ya, se nota en que cada vez tenemos más cosas que contar que ya no se hacen! Feliz año.