Tengo mucho cariño a Holanda. Justo tras acabar la carrera pasé año y medio viviendo en Delft, hace ahora 20 años… madre, qué vértigo. Cuando miro hacia atrás solamente siento una cosa: lo que dejé de disfrutar con las aficiones que ahora tengo pero que aún no había desarrollado, como la cocina y el encaje de bolillos (¡teniendo Bélgica al ladito!), cuando además era dueña de todo el tiempo del mundo y todo el dinero que ganaba era para mí… Nada de responsabilidades, ni de hipotecas, ni de niños… Qué tiempos aquellos. Estas (muy) próximas vacaciones vamos a pasar unos días en Holanda, reencontrando viejos amigos, montando en bicicleta y viendo barcos y más barcos. Así que mi nostalgia anticipada me ha llevado a preparar un delicioso pan dulce típicamente holandés, el suikerbrood, por primera vez. Aunque seguro que no será la última.
He buscado información sobre este pan en la red, pero por lo que he podido comprobar Holanda no participa de esta vorágine de blogs culinarios que hay en otros países, como este sin ir más lejos. La Wikipedia nos cuenta cuatro tontunas sobre este pan:
El suikerbrood o sûkerbôlle, como se dice en frisón, es un pan típico de la zona norte de los Países Bajos, de Frisia. Su forma con el tiempo ha evolucionado de ser redonda a ser del tipo de pan de molde. El pan de azúcar frisio lleva un 40% azúcar y también se le añade canela. No obstante, este pan se prepara igualmente en otras zonas de los Países Bajos, como Limburg y Brabante, donde lleva menos cantidad de azúcar (25%) y no lleva canela. En Frisia se regala este pan a las madres que han dado a luz una niña.
Tras probar el Google Translate con este texto compruebo que, a pesar de mi penoso nivel de holandés, traduzco mejor que él. Aún hay esperanza.
Una pena no haberlo podido hacer con masa madre, pero como apenas si horneo últimamente debido al calor atorrante, la tengo vegetando en el frigo. El pan genuino es más esponjoso que el mío, yo lo recuerdo casi tan blandito como un panetonne, pero las instrucciones de la receta que encontré decían que la segunda fermentación, una vez formado, solo debía ser de 15 minutos (???!!!). Como no me lo creí, lo dejé 45 minutos. Pues aún tenía que haber estado más. Bien es cierto que yo usé menos levadura, porque ellos indicaban 25 g de levadura fresca para medio kilogramo de harina, una brutalidad. El volumen final después de horneado debe ser casi el cuádruple, el mío iba un pelín más allá del triple. Pero estaba delicioso igualmente. Este pan tiene la peculiaridad de que incluye sirope de jengibre (algunas recetas no lo añaden). Podéis prescindir de él, puesto que no creo que lo encontréis. Pero si queréis ser fieles a la tradición, hacedlo en casa como yo según la receta que incluyo a continuación. El sabor sin el jengibre será un poco distinto, porque le da un puntito dulce y un sabor curioso al pan.
Suikerbrood o sûkerbôlle (adaptada de Living on bread and water)
- 500 g de harina de fuerza (yo usé escanda, la receta original habla de harina corriente, pero me parece una aberración si usas levadura de panadero)
- 10 g sal
- 1 cucharadita de canela molida
- 3 cucharadas de sirope de jengibre
- Leche hasta completar 200 ml con el sirope
- 15 g de levadura fresca (si podéis usar solo 10 g y retardarle la primera fermentación en el frigo toda la noche, seguro que el pan tiene más carácter)
- 75 g de mantequilla derretida
- 2 huevos
- 75 g de azúcar (el azúcar tal como lo usan en Holanda para este fin aquí no se encuentra. Aquí podéis ver el aspecto que tiene. Se puede sustituir por terrones de azúcar aplastados con un rodillo, hasta formar pedazos más pequeños, como de 1/2 cm. Este tipo de azúcar se deshace durante la cocción y deja el pan salpicado de cavidades dulces… La receta original indica 150 g de azúcar, a mí me parecía demasiado, pero es cuestión de gustos)
Sirope de jengibre (del jengibre confitado de David Lebovitz)
- Un par de rizomas de jengibre fresco
- Una taza de azúcar
- Una taza de agua
- Se pela el jengibre fresco y se rebana finamente (en el enlace anterior veréis el tamaño).
- Se pone en un cazo con el agua y el azúcar y se cuece hasta que se aprecia que el jengibre está blandito, en teoría hasta que la temperatura del sirope sea de 106 ºC. Yo soy muy rupestre y no mido nada. En realidad, con que consigáis un mínimo de las tres cucharadas que se necesitan para el pan, ya es suficiente. Y el jengibre confitado lo guardáis en el frigo dentro del sirope para utilizarlo en Navidad, que ya encontraréis algo, os lo digo yo… con lo catacaldos que sois.
Bien, una vez pertrechados de vuestro sirope de jengibre, procedéis a elaborar este deliciosísimo y holandesísimo pan:
- Se pone el famoso sirope en una jarra medidora y se completa con leche hasta llegar a 200 ml.
- Se cascan los huevos y se añaden (está bien esto de deciros que los casquéis previamente, de otra manera a saber lo que haríais…).
- Se derrite la mantequilla y se añade también; se mezcla bien todo.
- Se pesa la harina y se desmiga en ella la levadura. Se añade a los líquidos y se comienza a amasar, hasta obtener un desarrollo razonable del gluten. La masa a mí me quedó bastante seca, quizá por eso también salió una miga relativamente compacta.
- Se tapa y se deja fermentar hasta que doble el volumen. A mí ayer con el calor que hacía no me tardó ni siquiera una hora, flipante. No quiero imaginar lo que hubiera pasado de haber añadido la cantidad de levadura original de la receta. Hubiera tenido que entrar en la cocina con machete.
- Se pone el horno a calentar a 170-180 ºC.
- Tras la primera fermentación, se pone la masa sobre la encimera y, metiendo los dedos por debajo con cuidado, se estira en un rectángulo largo, tan ancho como largo sea vuestro molde para el horno, con objeto de poder hacer un rollo con él y que encaje bien. Siento no tener fotos de esto, pero es que era casi de noche cuando me puse a ello y no tengo el equipo adecuado. Y la inspiracion panadera llega cuando ella quiere, no podía decirle que esperase hasta el día siguiente… nonono. Tras la fermentación de mi masa pude apreciar que el desarrollo del gluten era estupendo, como pocas veces he visto en mis panes, porque la pude estirar muchísimo sin ningún esfuerzo. También el calor influye en esto cuando la masa tiene mantequilla.
- Con la masa bien estiradita, se distribuyen los mendrugos de azúcar por encima y después se espolvorea la canela. Se enrolla con cuidado la masa en forma de un cilindro, que se traslada al molde rectangular, previamente bien engrasado y enharinado. Se tapa bien con un plástico y se deja que crezca el doble como mínimo.
- Se mete al horno 40 minutos. Se vigila de tanto en tanto por si acaso se tuesta demasiado por arriba. Una vez hecho, se saca, se desmolda sobre rejilla y se deja enfriar.
Si os gusta el pan de molde con un punto dulce y de canela, este es vuestro pan. Indescriptible si lo tomáis en una terracita bien untado con toneladas de mantequilla… como un auténtico holandés… eet smakelijk. Pero si preferís un pan de molde corriente y moliente, pero con todo el sabor de la masa madre, tengo uno para vosotros: este pan de molde rústico.
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Laube dice
No conocía este pan dulce. Reconozco que la repostería holandesa, alemana, austríaca me gustan mucho. Me agrada mucho al paladar esas tartas, esos pasteles de fruta, esos panes dulces… No creo que encuentre ese sirope de jengibre, pero lo sustituiré por alguna otra cosita, como cabello de ángel o qué sé yo…
Estupenda tu receta y muy clarita.
Un besote
MªJosé dice
te ha quedado un pan estrupendo.
las fotos preciosas
saludosss
Sonia - L'Exquisit dice
Goedenavond, Miriam, y saludos desde Holanda…
Me ha gustado tu suikerbrood, yo publiqué uno hace poco con nueces, salió muy rico…por si quieres probar…yo me llevo tu receta, un dia de estos la preparo…
Un abrazo,
epa! dice
Uuuy, qué bien se lo montan los holandeses!
Me pasa como a ti, últimamente siempre me parece que las recetas llevan una baarbaridad de levadura, y a veces la he reducido tanto que aquello ni crece ni ná.
B*
MªJose-Dit i Fet dice
Ohh que receta mas buena de pan!!! y vuestros planes deliciosos…la de recuerdos que te traera…un besito
Su dice
Miriam, me ha encantado, y las fotos…y todo.
Un beso
Ajonjoli dice
pues…. smakelijk eten!!!
bueno, yo la verdad que tras mis 5 años y 1/2 de vida Delfiana creo entender por qué no existen muchos blogs de cocina en holandés…. a ver, es que convengamos que la gastronomía holandesa no era muy brillante, excepto el haring, el stampot, los panekoeken y los poffertjes tampoco había mucho donde rascar…. y no había gran afición, de todos los lugares en los que he vivido es donde peor comían. Tengo un libro de Michael Pollan en el que explica que se debe a su cultura calvinista. Disfrutar de la comida era como disfrutar del sexo, un pecado!!!! Así que comían para subsistir, nada más.
Pero este suikerbrood te ha quedado estupendo!!!
besos.
Núria dice
Que cosas mas ricas haces….
besos
TROTAMUNDOS dice
Miriam como has solucionado eso de la nostalgia, ehh??, que bueno que vuelvas en estas vacaciones …
Yo reconozco que sigo horneando a pesar del calor, bueno es que con el aire acondicionado en casa esa sensación desaparece, por lo que me pondré pronto con tu Suikerbrood. Yo lo probé en Amsterdam y como dices es tan tan suave que quien se resiste.
Un besote
CocinArte dice
Woooww que aspecto más delicioso y espectacular, valió la pena esa sauna..jeje
Núria
Lolah dice
Pues como el pan tiene una pinta fantástica y da la casualidad de que tengo dos frascos de jengibre confitado con su almíbar, la verdad es que no tengo más remedio que probar este pan.
Un besico.
°.°. Martina .°.° dice
what a delicious! it's perfet for breakfast, with some jummy jam or honey! Have a nice day, M 🙂
Isa dice
Que maravilla de pan¡¡¡¡¡
Me dejas sin palabras y con unas ganas locas de probarlo
Un beso
Begoña dice
El pan tiene una pinta increible, y con todo lo que nos has contado, voy a tener que intentarlo… si no voy a tener que volver a Holanda…
Un saludo, Begoña
Erika dice
No conozco mucho de la cocina holandesa si un poco de la alemana y austríaca supongo que similares en algunas cosas. Me parece que lo mejor que tienen estas recetas es el sabor sencillo y a la vez exquisito que tienen. ¿No te pasa que hay preparaciones sencillas y con pocos ingredientes que saben a gloria?
¡Qué corajuda! Prender el horno con el calor que hace por allí. Doble mérito. Lástima que debe haber desaparecido enseguida ¿No?
Me encantó tu mantequera, quisiera una igual para mí, ahora que compro la manteca (mantequilla) de a kilos.
Cariños
Carlos Dube dice
Estuvimos en Delft en nuestro pasado viaje por Bélgica y Paises bajos, y aunque nos diluvió (era Noviembre), estuvimos comiendo tan ricamente en un precioso restaurante café situado en la plaza Markt. Fuimos porque nos dijeron que era muy bonito, y efectivamente lo era, pero lo recordamos muy pero que muy pasado por agua.
El caso es que por un momento me has hecho trasladarme allí, a un viaje precioso que siempre recordaremos, aunque no es lo mismo en tu caso, que viviste y llegaste a echar alguna raiz por allí, obvio que este tipo de panes y planes de viaje se conviertan en muy nostálgicos. 😉
Tu bollo me parce fabuloso, sobre todo al corte. Un pan de molde seguro que exquisito con sabores y aromas a jengibre. La técnica del enrollado me la apunto, y el detalle del azúcar me ha encantado. Cavidades dulces mmmmhhhh
Un saludo.
Manon dice
Este pan de azúcar y Delft, qué gran combinación.
La cocina de Babette dice
Miriam, qué ilusión tu entrada, yo aquí en Holanda un tanto inculta con respecto al producto local y ahora voy a poder ir en la busqueda de este pan delicioso que nos enseñas. ¿Serán igual de buenos que el tuyo? No sé, no sé.
¿Y alguna cosa rica más de por aquí que nos recomiendes?
Besos,
Bea
Clemenvilla dice
Delicioso este pan y me ha gustado mucho la explicación del azúcar, ya me imagino esas cavernas dulces……
Un besito
Margarida dice
¡Ay! Que rico, que requetebuenapintatiene… es de esos panes que me guardaré para hacer en vacaciones.
Que suerte tiene Bea, disfrutando en las Holandas.
Que disfrute y mucho en tu vuelta a Holanda.
Besitos mil 🙂
Silvia dice
Tiene que ser sensacional probar esta maravilla de pan. Solo con leer los ingredientes se me ha hecho la boca agua. Creo que las fotos hablan por sí solas.
Besos.
La cocina de Babette dice
Por cierto, lo de los barcos… ¿de dónde te viene la afición?
Un beso,
Bea
Andrés dice
Habrá que probar el pan… la pinta desde luego es estupenda. Yo hace tiempo que he decidido que lo mío no tiene remedio, así que azúcar, mantequilla, huevos y lo que sea al canto… estoy deseando pegarme un buen desayuno con esta receta.
Es cierto que lo de hornear en verano es difícil, pero qué gusto ver cómo crece la masa madre, y qué rapidez.
Saludos.
Miriam dice
Buf, pá mí que me he retrasado un poco en esto de contestar… mejor tarde que nunca.
Laube: sin acritú, la repostería holandesa no es comparable ni a la alemana ni a la austriaca… secuelas del calvinismo.
Mª José: gracias!
Sonia: pero tú vives en Holanda?? Dónde??
Epa: bueno… los dulces son ricos, pero tienen muy poca variedad.
Mª Jose´: mmm
Su: gracias, guapa!
Ajonjolí: ejem, sí, yo también lo entiendo… es que no son grandes gastrónomos. Sí, hija, lo del calvinismo es totalmente cierto. Aunque eso mismo tenían en Dinamarca y han progresado algo más.
Núria: gracias!
Trota: no hay nada como comer para sanar la nostalgia… ejem.
Cocinarte: jaja, gracias!
Lolah: hombre, la ocasión la pintan calva, jaja!
Martina: thanks!
Isa: cuando haga fresco apetecerá más
Begoña: cualquier excusa es buena para volver…
Erika: oh, sí, la mantequera es requetemonísima, jaja.
Carlos: pues sí, Delft es precioso y me encantará volver.
Manon: solo nos falta Vermeer… 😉
Clemenvilla: son tremendas las cavernas!!
Marga: cómo vive la Bea…
Silvia: gracias!
Bea: lo de los barcos no es cosa mía, es que mi hijo mayor nació así, de pequeño pintaba barcos continuamente y le encantan…
Andrés: tienes razón, la masa madre se asalvaja en esta época.