El histograma… ese arcano de la fotografía. Cualquiera que tenga una cámara digital habrá oído alguna vez hablar de él, aunque sea de refilón. Su aspecto da un poco de miedo, pero os aseguro que una vez que os lo presentan se convierte en un buen amigo. Es más, es imprescindible atender al histograma para saber si una foto está bien expuesta. ¿Por qué? Porque nunca nos engaña y porque una vez que aprendamos a interpretarlo, sabremos siempre si nuestra imagen está demasiado clara o demasiado oscura. Me diréis:
- Eso ya lo vemos en la pantalla de la cámara. ¡Meeeeeec! Incorrecto. Las pantallas son una castaña y según en qué condiciones, ni siquiera se ven.
- Eso ya lo vemos en el monitor del ordenador, al descargar las fotos. ¡Meeeeeec! Incorrecto. Para eso tenéis que tener un monitor perfectamente calibrado y unas condiciones de luz óptimas en la estancia donde estéis (que incluso están estipuladas en una norma ISO). Además, si la foto está mal expuesta, para cuando la ves en casa es demasiado tarde para repetirla, ¿no?
- Eso se arregla después con el retoque fotográfico. ¡Meeeeeec! Incorrecto. Bueno, algo se puede arreglar (mucho más si la foto se ha hecho en formato nativo, raw, en lugar de jpg), pero para sacarle todo el detalle y los matices a una foto, esta debe estar bien expuesta. Desde el momento en que se toma.
El sensor de nuestra cámara no es capaz de registrar más que intensidades de luz (lo del color es otro cantar, que ahora no nos interesa). Más luz, menos luz. Cada píxel del sensor recibe una determinada ración de luz cuando se tira una foto. El histograma no es más que una representación gráfica del número de píxeles que han recibido una ración de luz determinada. La altura de la curva sobre el eje horizontal representa la cantidad de píxeles que han recibido luz de esa luminosidad. A la izquierda se sitúan los píxeles que menos luz han recibido y a la derecha, los que más. ¿Y entre medias? Pues toda la gama de tonos medios.
La foto de la izquierda se muestra con su correspondiente histograma, que tiene una forma bastante ideal, pues en teoría y como punto de partida se tiene que asemejar a una campana de Gauss. Este histograma típico tiene poca proporción de píxeles oscuros (a los que les ha llegado poca luz) en la parte izquierda, por eso allí la curva es baja. Lo mismo pasa en la zona de la derecha, la correspondiente a la mayor luminosidad. La curva es más alta en el centro, lo que indica que hay muuuuchos píxeles que han recibido luminosidades medias. Eso quiere decir que en la foto somos capaces de distinguir una amplia gama de tonos medios.
La siguiente foto está claramente subexpuesta, lo vemos a simple vista, pero quiero que observéis el histograma. ¿Veis que está desplazado hacia la izquierda? Quiere decir que una gran parte de los píxeles del sensor han recibido poca luz, y a la derecha hay muy poquitos que hayan recibido una luz decente. Qué penica, un perro tan mono.
Por contra, la siguiente imagen está muy sobreexpuesta. No hay ningún matiz en los blancos, la nata que hay a la izquierda no se distingue del plato. Por eso el histograma está muy desplazado a la derecha, la zona de gran luminosidad.
¿Cuál es la moraleja de esta somera introducción al histograma? Que para que nuestras fotos gusten deben estar bien equilibradas, es decir, bien expuestas (aunque siempre se puede elegir potenciar tonos claros u oscuros por razones artísticas). Para ello la curva del histograma debe estar más o menos centrada, que haya parecida cantidad de píxeles claros y de píxeles oscuros (aquí un ejemplo de foto de objetos blancos con matices, aquí otro de foto de objetos oscuros con matices). En líneas generales, no debe apelotonarse hacia ninguno de los lados, ya que significa que la foto carece de matices oscuros o claros.
Y ¿cómo se controla el histograma de una foto? Pues viéndolo en la propia cámara. Hay algunas cámaras que permiten verlo en tiempo real, mientras enfocas. Pero todas permiten verlo después de haber hecho la foto. Es decir, que siempre se puede comprobar que la foto está correctamente expuesta y, si estáis fotografiando objetos estáticos, podéis repetirla. Hacedlo.
Y si queréis saberlo todo sobre el histograma, os recomiendo esta serie de entradas del blog Capturando momentos o este artículo de Dzoom.